domingo, 27 de febrero de 2011

EL GRAN IBÁÑEZ EN EL GRAN VÁZQUEZ



El pasado 23 de febrero salió a la venta en DVD la película de Óscar Aibar El gran Vázquez, que gira en torno a la figura de Manuel Vázquez, el inefable creador de Las Hermanas Gilda, Anacleto y un sinfín de personajes más. En el film aparecen otras figuras reales como José Escobar, Rafael González y, cómo no, Francisco Ibáñez.

La interpretación de Ibáñez ha recaído en manos de Manuel Solo, a quien tuvimos el gusto de entrevistar en diciembre de 2010: http://mortadeloyalgomas.blogspot.com/2010/12/entrevista-manuel-solo.html

Una de las opiniones unánimes del público ante la cinta se refiere a la excelente caracterización que de Ibáñez supo hacer Manolo Solo. Al margen de algunos detalles achacables más a los maquilladores (la calva “de pega” no resulta muy convincente), Solo supo explotar su relativo parecido físico con el dibujante para desarrollar un personaje que hizo suyo y que realmente, “clavó”, como se suele decir. Destaca la reproducción de los gestos del original, así como la timidez que transmite el personaje, timidez que, de hecho, caracteriza a Francisco Ibáñez, aunque suela camuflarla tras sus consabidas bromas y chascarrillos.

En líneas generales, el tratamiento que el director y guionista Oscar Aibar hace de Ibáñez es positivo, resaltando los aspectos buenos, que son muchos, de nuestro autor. Algunas de las imprecisiones de la película (es una obra de ficción, no un documental) afectan tangencialmente al personaje de Ibáñez.

Así, por ejemplo, nuestro autor aparece caracterizado como botones, profesión que de hecho ejerció, con algunos añitos de más. Si bien la historia nos dice que Ibáñez desempeñó dicha profesión en su temprana adolescencia. Tampoco la fecha de su ingreso en Bruguera resulta exacta, pues la acción transcurre a mediados de los sesenta e Ibáñez arribó en 1957. Del mismo modo, y en aras de la comercialidad, la anécdota referida a las suspicacias de Rafael González por su parecido con el “Dire” de Sacarino, son trasladadas a un Superintendente que todavía no existía, mientras se muestran las planchas de la etapa de “Agencia de Información”, antes de que Mortadelo y Filemón ingresaran en la TIA.

Desde el punto de vista funcional, Ibáñez sirve de contrapunto a la figura de Vázquez. Mientras que el protagonista de la película es rebelde, insumiso y poco inclinado a trabajar, Ibáñez aparece como un artesano de la historieta voluntarioso, incansable, atento al detalle (destacan su capacidad para rellenar fondos con miles de elementos secundarios), disciplinado…Es por ello que su éxito se muestra como un logro más que merecido, un premio a su consagración al trabajo.

Aibar evita el tópico facilón de caracterizar a Ibáñez como un elemento “negativo” frente a la hagiografía que se hace de Vázquez. Es decir, no lo convierte en el operario sumiso que hace que su antagonista luzca más. El personaje de Francisco Ibáñez es tratado en todo momento con respeto y, se podría decir, incluso con cariño.


aparece suavizada la relación entre ambos autores. El personaje de Ibáñez deja bien clara su admiración por el de Vázquez (admiración que confesó siempre en la vida real), así como su apoyo incondicional ante los superiores, impidiendo así que el espectador pueda albergar cualquier tipo de antipatía hacia el padre de Mortadelo y Filemón.

De hecho, la figura de nuestro dibujante sirve para lograr el clímax emotivo de la película, con una escena más que destacable en la que Vázquez visita una de las interminables colas de firmas de Ibáñez. Éste reivindica ante sus jóvenes fans la figura de Vázquez, y ambos se funden en un abrazo animado (Vázquez hace una caricatura de ambos) que los muestra como dos amigos en perfecta armonía. Un abrazo real culmina la película, no sin que antes el papá de Anacleto haya sustraído la cartera del dibujante catalán.


Esta anécdota, licencia de la película, nunca ocurrió, como me confirmó personalmente Manuel de Cos, de Ediciones B. Sin embargo, bien podría haber pasado, pues lleva el sello intransferible del inmortal Vázquez. A pesar de que en la vida real pudiera existir alguna disparidad, para el espectador, este abrazo entre los dos genios resulta muy emotivo y , sin duda, contribuye a que salga de la sala de cine con una sonrisa de satisfacción.

La misma satisfacción que nos produce a los aficionados a Ibáñez que Aibar, aun cuando se centre en la figura de Vázquez, que se mima y suaviza enormemente, haya tratado a Francisco Ibáñez con el respeto y el cariño que él se merece.

domingo, 20 de febrero de 2011

23- MF

Estimados lectores, antes de que en los próximos tres días los medios de comunicación de masas les bombardeen con programas especiales sobre el 23-F, nosotros les ofrecemos un especial, ¡ el 23-MF!

Se trata de una portada de enorme significación en la producción de Francisco Ibáñez, pues, haciendo alusión al todavía relativamente reciente intento golpista de Tejero (la revista es de febrero de 1988), nuestro autor da un “golpe de estado” ante las páginas apócrifas que, desde que abandonó Bruguera en 1985, inundaron los quioscos de falsos Mortadelos producidos sin su consentimiento.

Felizmente, a principios de 1988, Ibáñez y Ediciones B llegan a un acuerdo que perdura hasta nuestros días, lo cual permitió que continuaran las aventuras de los dos personajes más famosos del cómic español. Así, el número 49 de la Revista Mortadelo (heredada directamente de Bruguera), marca la vuelta de Francisco Ibáñez a sus personajes más clásicos.

Clásica también es la portada que tienen ante ustedes. Clásico, el ingenioso chiste con las letras del título, y clásica es también su composición: un Mortadelo en primer plano presidiendo un lateral, profusamente disfrazado, mientras que el resto de personajes ocupan un discreto segundo plano.

Mención aparte merece uno de los disfraces más celebrados de las portadas ibañezcas: el de Antonio Tejero. Destaca por su espectacularidad, por su contundencia, por el mimo y detallismo que se puso en su realización. El inconfundible bigote, la ropa militar, la pistola, el sable…todo ello adornado con decenas de detalles absurdos que completan el dibujo: el cañón que sale del tricornio, la brújula como hombrera, una desmitificadora medalla de Pipis-Cola como falso galón, la calavera con sombrero en el sable, el bolígrafo en la pistolera, la espuma de afeitar , el ratón que sale disparado, la lagartija fumando…


Eso en cuanto a los detalles absurdos, pero les invitamos a que se fijen en la habilidad de nuestro autor para el dibujo “realista”: el diseño de la pistola, las botas militares, los guantes cuya textura casi se puede apreciar. Quede constancia de estos elementos para los que todavía dudan de las facultades de Ibáñez como dibujante.


De fondo están el resto de nuestros queridos personajes de la serie: Ofelia subrayando la importancia del número que el lector tiene en sus manos, Bacterio desesperándose y el Súper garantizando que los personajes vienen “de la mano y el lápiz de papi Ibáñez”. Filemón, el único personaje que no habla, saca pecho orgulloso de su vuelta triunfal.


Los bocadillos tampoco tienen desperdicio. Mortadelo modifica eufemísticamente la mítica frase de Tejero transformándola en un inocuo pero no menos contundente “¡Se sienten, corcho!”. Contundente porque supone el fin de las historietas apócrifas sin el permiso de Ibáñez, pero no todo será tan sencillo. Aunque el Súper nos garantice la vuelta de Ibáñez a sus personajes y una simpática autocaricatura del autor rubrique la portada, los conocedores de la serie saben que con esta vuelta de los personajes de Ibáñez comienza una nueva y breve época de Mortadelos “negros”, ahora sí consentidos por el autor y con guion del mismo.


No sabemos si la historieta con que se inicia la nueva andadura, El huerto siniestro, es de Ibáñez o no. En caso de ser apócrifa, hay que destacar la pericia del dibujante, aunque no descartamos que sea obra del propio Ibáñez. Lo cierto es que El huerto siniestro no fue la primera aventura con la que se retomó a Mortadelo y Filemón, pues ya en la revista Yo y Yo vimos la inconclusa (en su momento), Terroristas.


En todo caso, se trata de un regreso feliz, esperado, de Ibáñez con sus criaturas; esta vez con todos los derechos sobre ellas, controlando los guiones e introduciéndolas, poco a poco, en la actualidad más rutilante.


A partir de ese momento y, hasta hoy, no se ha vuelto a explotar a nuestros adorados héroes de niñez sin el consentimiento de su autor, que dirige sus pasos y los ha conducido con éxito al nuevo milenio.

¡Se sienten, corcho...a leer un Mortadelo!

domingo, 13 de febrero de 2011

200 ENTRADAS, 200

Pues sí, amigos. Aquí donde nos ven ya llevamos 200 entradas, tópics, temas o como quieran llamarlos.


Tinta hay que sudar ya para encontrar algo nuevo de qué hablar, algo que agrade a nuestros lectores tanto como a un servidor. Pero no crean, sus visitas y comentarios siguen siendo un estímulo para continuar con una afición que, para ser sinceros, todavía me entretiene y me deleita enormemente.


Como conmemoración, hoy les presentamos la portada del número 200 de la revista Mortadelo. 200 números nada menos que llevaba ya Ibáñez por entonces.


Aunque el chiste es de una simplicidad pasmosa, que recuerda a las historietas de una sola página de Agencia de Información- eliminando toda la paja de las viñetas innecesarias que "estiraban" el gag-, todavía podemos apreciar de un dibujo especialmente cuidado por parte de Ibáñez, con atención a los detalles de fondo y, especialmente, de una composición de página dinánmica y novedosa. La disposición de la viñeta permite también mayor variedad de encuadres. Nótese también la habilidad de Ibáñez a la hora de retratar un rostro típicamente germánico (aunque aquí se diga que el personaje en cuestión es oriundo de Gazpachenfriten), que recuerda al del malvado Brutezztrausen de El sulfato atómico.


Disfruetn también del colorido "popero" de los los años setenta, con colores planos, generalmente bastante fuertes con el objeto de llamar la atención de los lectores. Las letras del nombre de la revista se muestran, también, policromadas, lo cual da aún más viveza a la portada. Tampoco falta el color en los bocadillos, con uno de color azul y otro amarillo. Y hablando de bocadillos, en uno de ellos radica el único fallo de la portada: pues en la segunda viñeta vemos que donde debiera aparecer el texto de Mortadelo, encontramos un espacio en blanco.



La portada queda coronada con un Mortadelo dentista jugando con la letra O, y muestra también los premios conseguidos hasta la fecha (habría de venir más, no se preocupen).


El contenido queda también explicado en la portada. De entre sus páginas se destaca la presencia de Mortadelo y Filemón como reclamo decisivo, pero fíjense en el cartel: para los amantes de la historieta "seria", de aventuras, Comanche y El Corsario de hierro. Como aportación extranjera fundamental: Astérix, presentando una de las mejores historietas jamás firmadas por Goscinny y Uderzo: El escudo arverno.




Dentro del bando nacional humorístico, completan las series detectivescas la mejor creación de Raf: Sir Tim O´Theo y el inconmensurable (palabras textuales) Anacleto, Agente Secreto, que en el mejor de los casos podría estar dibujado por Vázquez. Lo mismo ocurre con otra de sus felices creaciones: el suertudo Feliciano, generador de gags sumamente originales, basados en la buena fortuna del personaje. Por si hacía falta algún refuerzo adicional, se presentan las otras estrellas de la casa: los hermanos Zipi y Zape, de Escobar, otro reclamo eficaz para el público.



Y todo ello, señores, por diez pesetas de la época.



Desde Corra, jefe, corra, les damos las gracias por dedicarnos su tiempo y esperamos seguir gozando de su compañía, por lo menos, durante 200 temas más.



¡Gracias!

domingo, 6 de febrero de 2011

ENTREVISTA A FRANCISCO IBÁÑEZ


Estimados lectores, hoy, después de más de tres años de vida, el blog Corra, jefe, corra, se enorgullece de presentar una entrevista a la persona que ha sido su leitmotiv a lo largo de todo este tiempo: Francisco Ibáñez.


En efecto, el popular dibujante ha tenido la amabilidad de dedicar unas palabras a todos los fans que, a través de este blog, han seguido, estudiado, difundido y amado su obra. No obstante, para los más acérrimos prosélitos de Ibáñez, les anticiparé que no van a encontrar en esta entrevista demasiados datos que el maestro no haya repetido una y otra vez en sus anteriores declaraciones a los medios. Por otra parte, les decepcionará si van buscando preguntas incómodas que hurguen en los aspectos menos agradables de la trayectoria profesional de Ibáñez. El motivo de esto es doble:



-) En primer lugar, porque nunca ha sido política de este blog incomodar a las personas que tienen la gentileza de dedicarnos su tiempo. Mucho menos a alguien tan entrañable y querido como es Francisco Ibáñez.



-) En segundo lugar porque, como habrán podido comprobar, nuestro mediático dibujante tiene una notable experiencia en el arte de hablar a la prensa, por lo que siempre evita, elude, cualquier tipo de pregunta comprometedora, camuflando la respuesta detrás de una broma.



No esperen, por tanto, encontrar, ni mucho menos, la entrevista definitiva al maestro. Se trata solamente de unas pocas preguntas que constituían, lo confieso, parte del acervo de dudas personales en cuanto a su trayectoria.



Le envié las cuestiones a través de Juan Manuel Muñoz, quien fue tan gentil de pasarlas a Ibáñez. Unos meses después, recibí como respuesta un escaneo de una hoja escrita a máquina (¿recuerdan las numerosas declaraciones de Ibáñez acerca de que todavía sigue escribiendo sus guiones a máquina? Aquí tenemos la prueba) firmada por nuestro querido autor.



Espero que nuestros lectores sepan valorar el hecho, casi simbólico, de que el dibujante más conocido de nuestro país y uno de los más grandes a nivel mundial haya accedido, huyendo de cualquier tipo de “estrellismo” , a emplear parte de su escaso tiempo en contestar a las preguntas de un humilde aficionado. La sencillez mostrada una y otra vez por nuestro invitado lo hace, si cabe, aún más grande.



Aquí les presento la entrevista, que espero que valoren y disfruten. Adjunto también el escaneo del folio original de Ibáñez:


1.- En 1957, algunos dibujantes como usted, Raf, Segura, Gin…acuden a Editorial Bruguera aprovechando la coyuntura de que “los cinco grandes” (Escobar, Peñarroya, Cifré, Conti y Giner) habían partido para fundar su propio semanario. ¿Fue una mera casualidad o estaban ustedes previamente enterados de la partida de estos autores de la casa?



¡Hombre, como rayos nos dejamos caer en la editorial de marras. Y como rayos fuimos admitidos ipso-facto e iniciamos la colaboración!



2.- Los años sesenta fueron para usted extraordinariamente prolífico en cuanto a creación de personajes, pero durante la década posterior tuvo que ir dejándolos uno a uno para centrarse en Mortadelo y Filemón. ¿Qué series de aquella época hubiera deseado seguir haciendo?



¡Seguí, seguí! Mi personaje más querido, el hijo de mis entretelas, Rompetechos, es el único que seguí y he podido continuar desarrollándolo en las páginas de “Top Cómic Mortadelo” durante bastantes números. Desgraciadamente, se ha vuelto a interrumpir. Quizás más adelante, cuando cumpla 104 añitos…





3.- En 1969, surgen las primeras aventuras de 44 hojas, de un formato mucho más europeo. ¿Barajó en algún momento la posibilidad de desarrollarlas con algún personaje nuevo o desde el principio supo que las protagonizarían Mortadelo y Filemón, recién convertidos en agentes de la TIA?



4.- Usted comentó en cierta ocasión que Valor…¡y al toro se hizo pensando en otro mercado, el extranjero, porque la relación con la editorial pasaba por un momento difícil. ¿Qué ocurrió para que decidiera pensar en abandonar Bruguera?




[Ibáñez responde a ambas preguntas a la vez] (Sí, porque ambas cuestiones van unidas, más o menos). Líos con la dichosa editorial, peleas, dentelladas, juicios, planes de colaboración en cualquier otro rincón…Lo siento, no quiero ni recordarlo. Toda aquella situación todavía me produce arcadas.¡Bejjjj!





5.- Con la llegada de los álbumes, el éxito de Mortadelo y Filemón se disparó aún más, alcanzando cotas insospechadas y no igualadas por ningún dibujante en este país. Tanto éxito, ¿le acarreó alguna que otra envidia o resentimiento (léanse, los críticos)?



¡Ni idea! Nunca me han preocupado en absoluto los críticos. Para mí no hay más crítico que el público lector y éste siempre me ha respondido de maravilla. ¡Gracias, titis!





6.- ¿En qué momento es consciente de que su obra se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico? ¿Cuál cree que es la clave para que las antiguas historietas, que no tocan temas de actualidad como las últimas, se sigan reeditando y vendiendo tanto en nuestros días?




¿La clave? ¡Pues que las hago yo, claro! Pitorreo aparte, creo que la clave es la cantidad de gags, gags y más gags que yo incluyo por centímetro cuadrado. Por cada euro que desembolsa el lector, se encuentra con una cantidad de gags, sketchs,( ¡Jo, qué palabreja más difícil!), situaciones cómicas o como lo quieras llamar, que déjelo usted ir.





7.- Por las aventuras de Mortadelo y Filemón, han pasado villanos míticos: Chapeau “el Esmirriau”, Magín “el Mago”, Billy “el Horrendo”, El bacilón, El señor Todoquisque, El tirano… ¿Tiene algún favorito entre ellos, alguno que le hiciera una gracia especial?



Todos serán malos, pero todos amigos… “El Tirano” tuvo un verdadero tirón entre el público, pero vamos, todos se han vendido como rosquillas. ¡A todos los adoro!





8.- Al abandonar Bruguera, usted tuvo un papel decisivo en la revista Guai!, para Grijalbo. ¿Se dedicó solamente a dibujar o también intervino en los contenidos de la revista, fichaje de dibujantes, nombre, logotipo, etc.?




Pues sí; algo en los fichajes, contenidos…¡El nombre, totalmente parido por el nene, “G.U.A.I.!”, letra por letra! Fue una gran revista, o un gran tebeo, o como lo quieras llamar, pero ya se había iniciado la debacle del género.





9.- Ya en Ediciones B, encontramos una serie de álbumes que tocan temas de actualidad. En ellos, salen muchos políticos de todos los partidos pasándolas canutas, pero en los últimos años se aprecia una especial chanza con Aznar. ¿Es una pequeña venganza porque fue el único que no le contestó al enviarle el ejemplar dedicado de Barcelona 92?



¡Noooo! Todos reciben; derecha, izquierda, centro, norte, sur…no se trata de tal o cual, no son Fulanito o Susanito, no, son EL PERSONAJE DE ACTUALIDAD, o sea, el que ayuda a vender…¡que todo hay que decirlo, caray! Yo, de vengativo, más bien cero.





10.- De entre todos los dibujantes, se dice que usted tuvo una amistad más estrecha con Raf, ¿qué recuerda de él? ¿Cómo fue que entintó este dibujante su historieta de Mortadelo Las embajadas chifladas?



¡Pinzamiento cervical como mordisco de centollo! Me tuvo la mano agarrotada cual garfio oxidado durante algún tiempo, y Raf me echó una mano. Gran tipo Raf, y uno de los mejorcitos dibujantes que he tenido la dicha de conocer y al que he admirado y admiraré “pa los restos”.






11.- Con respecto al álbum 100 años de cómic, usted comenta que en principio la idea era usar otros personajes, pero que tuvo que recurrir “a los del año de la nana” por sugerencia de la editorial. ¿Recuerda qué otros personajes iba a incluir al principio? ¿Alguna vez le ha vetado alguna editorial algún tema para sus historias, ya en democracia?




Ni idea; no recuerdo ese comentario…Quizá algo mal interpretado…Si dije algo así estaría en la quinta galaxia…No recuerdo que me haya vetado ninguna editorial, ni ahora ni antes…¡Para vetar ya estaba la jodida oficina de censura esa, nunca la editorial!





12.- En los últimos años se aprecia una cierta continuidad en sus historias: la pensión de los agentes es siempre la misma, hay personajes que se repiten en varias historietas: la portera de la pensión, Antofagasto Panocho, el Kamikaze Regúlez, el fiscal Escorbútez Carcamal… ¿A qué se debe esta continuidad, que apenas aparecía en sus anteriores álbumes? ¿Volveremos a ver a la Irma o al agente Bestiájez?




Es para dar una cierta dosis de verosimilitud a los guiones. Nadie sabía exactamente dónde vivían los personajes, ni cuál era su situación, ni si estaban casados ¡quizás el uno con el otro! ¡Nooo; je je! Creo que este punto ya quedó más o menos resuelto en el álbum “Su vida privada”, magnífico álbum de venta en todos los kioscos y librerías al irrisorio precio de bla, bla, bla…¡Qué comiquero queda esto del bla, bla!





13.- Haciendo balance de su carrera, ¿se siente especialmente orgulloso de algo? ¿Cuál cree que ha sido su mayor aportación a la historieta?



Simple y únicamente hacer pasar un buen rato al lector, hacerle reír un poco, aunque sólo sea de ombligo para dentro… ¡Que ya es mucho, no creas!





14.- Por último, ¿qué le diría a los lectores que durante tanto tiempo hemos seguido su trayectoria?



¡Hombre, que sigan! ¡Que todos hemos de vivir, caray! Finiquitado el primer cincuentenario estoy metido de cabeza en el segundo y cuando llegue el tercero, pues ya veremos. El público dirá. Y mientras tanto, un abrazo así de gordo a todos y otro para ti de parte de MF. No, no, Manuel Fraga no, me refiero a Mortadelo y Filemón. Hasta siempre!



Estas han sido, amigos, las palabras que Ibáñez ha dedicado a los lectores de Corra, jefe, corra. Esperamos que las hayan disfrutado y nos despedimos, de momento, no sin antes agradecer a Francisco Ibáñez su tiempo y paciencia.



Igualmente, agradecemos a Juan Manuel Muñoz por su intercesión, sin la cual no hubiera sido posible esta entrevista.





¡Un abrazo a ambos de parte de todos sus fans!