viernes, 31 de diciembre de 2010

...Y PRÓSPERO AÑO NUEVO


No, amigos, no me he confundido de año. Simplemente es que, buscando portadas de Noche vieja me he encontrado con esta magnífica ilustración del maestro Ibáñez y no me he podido resistir.


Les invito a que la observen con detenimiento:


En ella, Mortadelo simboliza el paso del Tiempo, con una barba larga y con una guadaña de la que pende un reloj de arena. El personaje constituye el eje central de la ilustración.

Observen cómo la hoja de la guadaña forma la palabra "Felicidades", dedicada a los lectores de la revista. A la izquierda, podemos ver algunos elementos representativos del año que acaba (1992 en ese caso), como son Cobi, Curro y George Bush senior. Los dos primeros son, respectivamente, las mascotas de Barcelona 92 y de la Expo 92 de Sevilla, mientras que el segundo era el por entonces presidente de los Estados Unidos. Tres símbolos, dos nacionales y uno internacional que hacen mutis por el foro, derrengados, aplanados y bastante cochambrosos.

En el caso del presidente norteamericano, la guerra del Golfo desgastó notoriamente su imagen pública. En cuanto a los españoles, se habló en su momento de un relativo fracaso en cuanto a la afluencia de público de la Expo 92, y tanto este evento como las Olimpiadas de Barcelona dieron paso, a partir de 1993, a una crisis económica que dio mucho que hablar a la prensa de la época.

Por la derecha, vemos llegar, rutilante, al flamente presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton (que tampoco resultó ser ninguna maravilla), dispuesto a desempeñar su cargo. Por su parte, Mortadelo guarda bajo su brazo una urna (electoral, se entiende) donde aparecen varios políticos españoles disputándose las elecciones. Podemos ver, así, a Felipe González, Aznar, Roca, Anguita,Jesús Gil y a Ruiz Mateos, ataviado de Superman, en una escena que recuerda inequívocamente el álbum Maaastriiiich...¡Jesús! (1992), perteneciente a una época en la que el autor se centraba, quizá excesivamente, en la política nacional, con la dosis de incomprensión correspondiente para el lector foráneo.

Además de estos motivos principales, la ilustración, como es acostumbrado en Ibáñez, está plagada de pequeños detalles de fondo, como el musulmán orando en la arena del reloj, el dedo de Mortadelo que amenaza a un pobre gusano, el ratón que sale de su barba o la hormiga que le friega la calva, todos ellos detalles que, seguro, hicieron las delicias de los lectores en su momento.

Como colofón, un pequeño Ibáñez reivindica su firma con una copa (de cava, suponemos) en la mano, a manera de último guiño al lector.

Brindamos por él y por todos ustedes en estas fechas tan señaladas...

¡Ah! Faltaba algo. Nos queda el signo de interrogación que sigue a Clinton, símbolo de la incertidumbre ante lo venidero, lo que habría de llegar...

Deseamos que para todos ustedes esta interrogación se convierta en un signo de exclamación, pero de exclamación de alegría, ante los regalos que les depara 2011.

¡Feliz año nuevo a todos!

viernes, 24 de diciembre de 2010

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

Estimados lectores, desde Corra, jefe, corra, les deseamos que pasen una feliz Navidad con sus seres queridos (o, en su defecto, con la familia) y les dejamos esta cubierta navideña de la que, para mí, es una edad de plata de las portadas de Ibáñez.




domingo, 12 de diciembre de 2010

ENTREVISTA A MANUEL SOLO

Manuel Solo es actor. Además, es Licenciado en Ciencias de la Educación, compositor, músico, cantante, director de doblaje... Pero hoy está con nosotros en calidad de actor. En teatro, ha interpretado textos variados, desde Lorca hasta Shakespeare. Sin embargo, serán la televisión y el cine los que lo conviertieran en un rostro conocido para muchos. En la pequeña pantalla, lo hemos visto en series como Compañeros, Cuéntame, El comisario o Hermanos y detectives. En el cine destacan obras como El laberitno del Fauno o Celda 211. Uno de sus últimos trabajos, unánimemente aplaudido por crítica y público ha sido una inspirada interpretación de Francisco Ibáñez, el eje de nuestro blog, en la película El gran Vázquez, de Óscar Aibar.



Amablemente, Manuel Solo accedió a ser entrevistado por Corra, jefe, corra, para contarnos cómo afrontó el reto de interpretar a un mito de la historieta como es Ibáñez. Desde aquí le agradecemos su amabilidad y esperamos que disfruten con su testimonio.







1-) ¿Cómo le ofrecieron el papel de Ibáñez para la película El gran Vázquez? ¿Se presento a un casting o lo llamaron expresamente?




Óscar Aibar -el director- había visto un premontaje de "El Cónsul de Sodoma" y creo que Sigfrid Monleón -director de esta última- le había hablado bien de mí. Además, creo que a Oscar le pareció que yo tenía "un aire" a Ibáñez.



2-) ¿Era seguidor de Francisco Ibáñez y su obra antes de encarnarlo? De ser así, ¿cuál de sus personajes le gustaba más?



Sobre todo de pequeño era un fan absoluto, de Bruguera en general -leía el Pulgarcito, el DDT, el Ding Dong y los álbumes de Magos de humor…- pero Mortadelo y Filemón estaban entre mis favoritísimos. 13 Rue del Percebe, también.



3-) La crítica y el público ha destacado especialmente su interpretación en esta película. Efectivamente, los gestos, la forma de hablar, son muy exactos. ¿Cómo se documentó para interpretarlo?




¿Eso dice la crítica y el público? ¡Qué bien! La verdad es que me daba cierto miedo a priori, un personaje tan mítico… (sobre todo en su faceta como creador de personajes míticos). Era un personaje pequeño -por peso en la historia y numero de escenas- pero de mucha responsabilidad. Me empapé todas las grabaciones de entrevistas suyas en tv que pude. No me obsesioné con calcar su gestualidad o su forma de hablar por completo, pero sí me fijé en unos cuantos detalles y los trabajé para "hacerlos míos", para poder incorporarlos a una actuación "natural" sin que quedaran impostados o farsescos.



4-) ¿Pudo hablar expresamente con Ibáñez antes de encarnarlo? De ser así, ¿cómo fue el encuentro? ¿Le dio algún consejo?




Ya me hubiera gustado, pero no pudo ser. Algún día, espero conocerlo.



5-) ¿En qué se parece y se diferencia el personaje interpretado por usted del Ibáñez real? ¿Hubo que hacer “retoques” para adecuarlo a la historia?




No entiendo bien su pregunta. No sé cómo es Ibáñez en la vida real, cotidiana, me refiero. Sonará a perogrullada pero se diferencian en eso, en que uno es una ficción y el otro es real.



6-) Para la crítica de cómics, Manuel Vázquez es el mayor genio de la historieta cómica de nuestro país, mientras que Ibáñez, según algunos, ha sido un destajero que no tiene mayor mérito que el de ser comercial. ¿Qué opina usted al respecto?




Estoy al tanto de ese debate, pero no me inclino hacia ningún bando en esta polémica. No puedo ser objetivo, si serlo significa menospreciar a Ibáñez por su "comercializad". Sus personajes me han acompañado, divertido y formado en mi infancia y los de Vázquez, también. Creo que son -aunque Vázquez ya no esté- dos mitos del cómic español.



7.-) En la película, Ibáñez aparece como la contraparte de Vázquez. Sin embargo, el director no cae en la tentación de hacerle aparecer como “el malo de la película”, el aliado con el poder, el sumiso… Antes bien, Ibáñez aparece sumamente bien tratado ¿Qué le parece esta visión de Aibar sobre el personaje?




Como bien dices, el personaje de Ibáñez en la peli es un contrapunto, un complemento, un "servidor de escena" para el de Vázquez. Su aportación es tan pequeña que creo - y supongo que Oscar también- que no tenía mucho sentido sobrecargar de matices la relación entre los dos artistas. Para lo que servía principalmente Ibáñez en la película -abrir y cerrar la misma con dos situaciones en las que se vieran en situaciones opuestas - merecía más la pena centrarse en algo concreto, en este caso en la admiración que Ibáñez sentía por Vázquez. Ya me hubiera gustado dar más matices al personaje, no por hacerlo más "bueno" o más "malo" sino por dotarlo de más complejidad "humana"…pero esta no era la película para ello.

8.-) ¿Nos podría contar alguna anécdota simpática sobre el rodaje de la película? ¿Con cuál de sus compañeros ha tenido mejor relación?



Bueno, la "calota" (calva artificial) que yo llevaba parecía tener vida propia, cada día estaba distinta. La llevaba muchas horas al día y por imperativo del maquillador yo no podía acostarme-ni recostarme lo más mínimo- en los momentos de pausa. Recuerdo q tras una comida me quedé dormido en un sillón -completamente erguido- y al despertar me miré en el espejo, aún adormilado- y no me reconocí. Me llevé un buen susto.
Me encantó volver a trabajar con Alex Angulo, con quien ya había trabajado antes y que me parece un encanto de persona.



9.-) Hacer una cinta sobre un dibujante de cómic de los sesenta… ¿No es una propuesta muy arriesgada en nuestros días? ¿Qué recepción está teniendo, a sus ojos, la película?



Creo que no ha ido demasiado bien en taquilla y ,en sí, no me parece una propuesta especialmente arriesgada. El personaje es tremendamente interesante.



10.-) ¿Le hizo Ibáñez algún comentario al respecto de su actuación después de ver el film?



No he hablado con él, lamentablemente.



11.-)Ahora, una pregunta maliciosa…¿No hubiera sido más “jugoso” interpretar a un caradura como Vázquez en lugar de a un trabajador atado a la mesa de dibujo?
Mentiría si le dijera que no.



12.-) Por último, tras El gran Vázquez, ¿qué nuevos proyectos le esperan en televisión, cine y teatro?



Acabo de terminar una película "Impávido" (de Carlos Therón) de tintes algo comiqueros/cine noir/comedia en la que me lo pasé muy bien. Simultaneamente rodé una colaboración en 23 F de Chema de la Peña. Ahora estoy en México para colaborar también en "La Cebra" la primera película como director de un gran guionista mexicano y amigo mío Fernando León -no el de Aranoa-. Al volver a España me incorporo al rodaje de una película para televisión sobre la vida de Emilia Pardo Bazán. Interpretaré a Benito Pérez Galdós.



Estaremos muy pendientes de estos futuros trabajos y agradecemos, de nuevo, a Manuel Solo, que haya tenido la amabilidad de contestar a nuestras preguntas.
Un cordial saludo.

domingo, 5 de diciembre de 2010

UN MORTADELO, CORTESÍA DE JAUME ROVIRA

Estimados lectores, hoy dedicamos el tema a uno de nuestros amigos habituales, Jaume Rovira, quien tuvo la gentileza de enviarnos una página suya muy relacionada con el tema principal de nuestro blog.


Muchos recordamos la página Historias del Compac-Disc, publicada si no me equivoco en TBO, con guiones de Jaime Ribera (no confundir con Jaume Rovira, no). En esta sección comprobamos la capacidad de Rovira para el dibujo realista, al que ya estábamos acostumbrados en lo que se refiere a fondos y objetos, gracias a sus series más populares.



Sin embargo, en esta ocasión llama la atención la aplicación de técnicas de dibujo realistas a personajes, con especial dominio de la caricatura. Así pues, por estas páginas desfilarán personajes como Clapton, The Beatles, etc.




Pero también encontramos en una de ellas, la dedicada a Elvis Presley, un cameo del personaje estrella de Francisco Ibáñez, el gran Mortadelo, quien nos sirve en esta ocasión nos da alguna respuesta acerca de si, como muchos afirman, el Rey del Rock siguió vivo bajo otra figura más allá de su muerte oficial.







Agradecemos a Jaume Rovira su amabilidad al enviarnos esta y otras páginas de la serie.

Espero que les haya gustado.

domingo, 28 de noviembre de 2010

ENTREVISTA A MANUEL DE COS


Manuel de Cos es editor. Además, es un gran aficionado al tebeo, un admirador de aquellos autores cuyas obras edita. Hablar con él es siempre una experiencia grata, pues rezuma respeto y devoción por los autores con los que trabaja o ha trabajado. Destila, además, amabilidad y cordialidad hacia cuantos le conocen, incluyendo los fans de los dibujantes que tuvimos el gusto de verlo en alguna que otra firma.


De Cos es, también, el editor de (entre otros muchos autores) Francisco Ibáñez, probablemente el español vivo cuya obra impresa más se ha difundido a lo largo del tiempo y el espacio esos.



Hay algo más. Manuel de Cos es un hombre ocupado, sumamente ocupado. Por eso agradecemos el doble que haya tenido la deferencia de dedicar unas palabras a Corra, jefe, corra.






1.- Antes de dedicarse profesionalmente a la historieta, ¿era usted lector de tebeos? ¿Qué personajes y autores de Bruguera le gustaban más?


Por supuesto que era lector de tebeos, como no podía ser de otra manera para un niño de los años sesenta del siglo XX. En cuanto a los personajes y autores, la respuesta sería tan larga que cansaría a los lectores del blog. Pero te puedo decir que en mi recuerdo quedarán para siempre Agamenón, de Nené Estivill, Rompetechos, del maestro Ibáñez y Los cuentos de el Tío Vázquez, del único e irrepetible Manuel Vázquez.


2.- ¿Cómo entró en el mundo de la historieta? ¿Se dedicó a esto ya desde la época de Bruguera o se incorporó más tarde, ya con Ediciones B?


Empecé en el mundo de la historieta en Ediciones B en 1991, aunque ya colaboraba como externo con la misma desde 1988, vamos casi desde el principio de la Editorial.


3.- La leyenda “Guion: Jesús de Cos” forma parte de la infancia de muchas personas en este país. ¿Qué opinión le merece el trabajo de su hermano en el mundo de la historieta?


Esta pregunta es muy difícil de responder para mí, ya que se trata de mi hermano, pero sí te diré que siempre he pensado que es uno de los mejores guionistas que tuvo la Editorial Bruguera.


4.- Cuentan las crónicas que Francisco Ibáñez constituye un éxito editorial sin precedentes. ¿Cómo es trabajar con él, en el trato cotidiano?



Conozco a Ibáñez desde mis inicios en la Ediciones B. Siempre es un placer trabajar con él, porque aunque es el autor de cómic de más éxito de todos los tiempos, para mí es una persona muy cercana que siempre me hace sentir estupendamente bien.


5.- A la hora de empezar un nuevo álbum, ¿le sugieren ocasionalmente algún tema a Francisco Ibáñez o absolutamente todo parte de él? Sea como fuere, ¿ha de presentar el autor a la editorial una pequeña sinopsis antes de ponerse a trabajar, una copia del guion o algo parecido?



Los temas de los álbumes parten de una idea de Ibáñez o también de propuestas que le hacemos, pero en cuanto a la elaboración del guión su libertad es total, como no podía ser menos con él.


6.- Por otra parte, ¿obedece Ibáñez a alguna “línea editorial” a la hora de tratar ciertos temas como la política, para acercarse al público más joven, etc.?



No, Ibáñez es muy consciente del alcance de sus personajes y siempre tiene un cuidado especial en no “herir” sensibilidades.


7.- ¿Cuál suele ser la tirada media de un álbum de Mortadelo y Filemón? ¿Existen diferencias entre álbumes?



Lo siento pero en la cuestión de tiradas no puedo dar cifras, pero sí puedo contestar aunque es evidente, que no es lo mismo un álbum dedicado a los Mundiales de Fútbol o a las Olimpiadas, que cualquier otro. Estos siempre tienen más éxito comercial.


8.- En la misma línea, ¿qué historietas de la pareja de agentes han resultado ser más exitosas desde el punto de vista editorial?


Los títulos que recuerdo con más éxito son EL TIRANO, PESADILLAAA, y como ya he dicho cualquiera de la serie de MUNDIALES o de OLIMPIADAS.


9.- Además de Mortadelo y Filemón, ¿cuáles son los personajes de Ibáñez que más éxito tienen de cara al público? ¿Habrá algún Super Humor recopilatorio de series menos conocidas como La familia Trapisonda, Don Pedrito, etc.?


13, RUE DEL PERCEBE, sin duda, es la serie más aplaudida por el público de todas las épocas, después de Mortadelo y Filemón. En cuanto a otras series, todo dependerá de las posibilidades editoriales, pero de momento Mortadelo y Filemón son la prioridad.


10.- Si hablamos de personajes del maestro, ¿cuáles prefiere usted? ¿Y qué álbumes de Mortadelo y Filemón son sus favoritos?



Mi personaje favorito es Rompetechos, lo encuentro absolutamente genial. De los álbumes de Mortadelo y Filemón me quedo con los clásicos ¡Valor y al Toro!, El caso del Bacalao y Contra el “gang” del Chicharrón, tres obras maestras.


11.- En Rapto Tremendo aparece una caricatura suya. ¿Qué se siente al ser inmortalizado por Ibáñez?


Sencillamente, incomparable, poder presumir de que el genio te ha plasmado en sus historietas para la posteridad.


12.- No podemos olvidar que, además de Ibáñez, Ediciones B ha heredado el fondo editorial de Bruguera, con autores de la talla de Escobar, Vázquez, Raf, Segura…, así como otros que siguen en activo, como Jan y Cera. ¿Cómo ha sido durante estos años el poder trabajar con estos artistas? ¿Tiene algún recuerdo especial de alguno de ellos?


Los dibujantes de historietas son gente muy especial, creadores con un don para su trabajo. Entre los dibujantes que he conocido además de Ibáñez, te podría contar que Segura era una persona encantadora, con unas ganas de vivir contagiosas, pasó sus últimos años retirado de la historieta y dedicado en cuerpo y alma a pintar, ya que era un gran acuarelista. En cuanto a otro “genio” de la talla de Raf, te podría contar una anécdota que dice mucho de su generosidad. Un día vino por la editorial y nos regaló a varios compañeros originales enmarcados, de una exposición suya. Por supuesto, guardo este original, como oro en paño, en mi domicilio.


13.- De entre todos estos magníficos dibujantes, Ibáñez sigue siendo el más apreciado por los lectores. ¿Qué cree que ha aportado este autor para pervivir en el gusto del público durante más de medio siglo?




Es la combinación de varias cosas, en primer lugar, Ibáñez ha sabido adaptarse al gusto del público, evolucionando en el dibujo y estando siempre de actualidad en cuanto a los temas. Por otra parte, y no menos importante, el dominio del “directo” de Ibáñez es magistral. Los que lo habéis seguido en las firmas, sabéis de su buen trato con la gente, en todo momento y del público de sus “colas” que va de los 0 a los 80 años sin exagerar lo más mínimo.


14.- Por último, ¿hay por ahí alguna “sorpresa editorial” que nos pueda ir anticipando para que sea menos sorpresa?


Esto queda para el terreno de lo “privado”, ya que no puedo adelantar novedades por anticipado.






Muchas gracias por su tiempo y su amabilidad.

Gracias a vosotros por vuestra estupenda entrevista.





Manuel de Cos.




Poco más que añadir, queridos lectores. He de agradecer nuevamente la deferencia de Manuel de Cos y animarle a que siga con su tarea de edición de nuestros autores más queridos. El público, sin duda, se lo agradecerá.



Para los interesados en conocer algo más en la figura de su hermano, el guionista Jesús de Cos, les recomendamos que visiten el archivo de nuestro blog de mayo de 2010:









Saludos.







domingo, 21 de noviembre de 2010

CONCURSO-OPOSICIÓN (1975)



Concurso-Oposición (1975) es un álbum original en medio de una producción ya plenamente estandarizada. La misión se puede encuadrar dentro de lo que las empresas llaman “asuntos internos”, como ocurrirá también con El ángel de la guarda (1995), entre otros. La TIA, consciente de que necesita savia joven para su organización, convoca un concurso-oposición para reclutar nuevos agentes. No deja de ser curioso que una organización secreta solicite personal en el periódico, pero bueno, no olviden que se trata de la TIA. Como todos los de esta época, el álbum se distribuye en 11 capítulos de 4 páginas cada uno. Desde el punto de vista gráfico, el dibujo de Ibáñez se ve empañado por un pésimo entintado, que otorga a la historieta un aire poco cuidado, en general.

En el primer episodio, encontramos una brevísima introducción histórica, la primera en los álbumes del autor, con un chiste que volveremos a encontrar en Una vida perruna (1986), primer álbum de Chicha, Tato y Clodoveo. En este apartado, el Súper busca algunos agentes (a los que, curiosamente, nombra por su número, no por el nombre) , aunque parece no conocerlos, pues le sorprende tremendamente que estén tan mayores. Los chistes relativos a los achaques los retomará Ibáñez en la figura de Raf en Hacer un extraordinario…¡Jo, menudo calvario! (1983), en la de Supermán en Las embajadas chifladas (1991) y en sus agentes habituales en ¡Y van cincuenta tacos! (2007). Igualmente, el director general de turno será el más decrépito de cuantos hemos conocido. Enmarcado en el nivel de dibujo que hemos señalado ya, destaca el enorme detallismo de la mano del Súper en la viñeta doce de la página primera.



En el segundo episodio, llegará el primer candidato, un labriego con burro incluido, heredero de la tradición de garrulos de la Escuela Bruguera, con Agamenón de Nene-Estivill como mejor representante, el cual dará pie a gags contundentes basados en su fuerza bruta. La superioridad física del personaje lo convierte en un candidato idóneo para las filas de la TIA. Los gags encadenados concluyen con la destrucción del deportivo del Súper. En este episodio podemos observar la extraña imagen de un Mortadelo sin el cuello de su vestimenta típica, como curiosidad.En el tercer episodio,llega a la sede de la TIA, que parece más un pisito particular que una oficina, un hombre apocado con pinta de funcionario, cuyos gags vienen motivados por la hilaridad que desata su tremenda debilidad. Finalmente, se sabe que él pretendía ser socio capitalista para el negocio de garbanzos rellenos del Súper que, sorpresa, se ve que estaba pluriempleado.



En el cuarto episodio, llega un muchachuelo presumido, “sobrado” si quieren, que se pavonea de sus habilidades ante Mortadelo y Filemón. Estos, lejos de alegrarse por la organización, se muestran evidentemente celosos de él. Finalmente, los agentes han de claudicar y darle el diploma (no sabíamos que tenían esa potestad), aunque lo “aderezan” con un explosivo, como forma de miserable venganza. Lo que no sabían es que se trataba del hijo del Súper, un joven sobradamente preparado que, en un alarde de honradez, se somete al proceso de selección como uno más. El episodio contiene gags brillantes, como el de la estación de metro hecha con una cucharilla o la guerra de disfraces entre Mortadelo y el muchacho. Destaca por su ironía el disfraz de “pacificador del desierto”. Mortadelo tendrá, con el tiempo, otros duelos de disfraces, en aventuras como Maaastrich…¡Jesús! (1992) o El disfraz, cosa falaz (1995).

En el episodio quinto, llega un aspirante mudo, a lo Harpo Marx, que combina habilidad con torpeza y que conseguirá finalmente los mismos puntos que el Súper cuando ingresó. Sin embargo, al final se descubrirá que se trata de un orangután disfrazado de persona, lo cual provoca la injusta ira del Súper hacia sus agentes. La siguiente candidata, en el capítulo sexto, será una abuelita terrible, heredera de La abuelita Paz de Vázquez, y que tiene homólogas en la obra de Ibáñez, en álbumes como ¡A la caza del cuadro! (1971), El caso del calcetín (1976), Contrabando (1978), La gente de Vicente (1978), Testigo de cargo (1984), Timazo al canto (1994), El jurado popular (1995), De los ochenta p´ arriba (1999), Misión: Triunfo (2002), etc. No faltan los gags típicos relacionados con la purga del gato que les hace tragar, los golpes con la plancha, la vacuna enorme… Los agentes vuelven a tomar partido, pues muestran su claro deseo de echar a la candidata. Finalmente, acaban abandonándola en el mar sin mostrar arrepentimiento alguno.

El candidato del episodio séptimo será un cegato de tomo y lomo. Inexplicablemente, Ibáñez no recurrió a Rompetechos para este capítulo, cosa que, seguramente, sí habría hecho hoy en día. El encargado principal de lidiar con él será Mortadelo, que demuestra una vez más su poca paciencia. Destaca el uso del zoom en la página 26, así como la escena en que el miope va conduciendo un coche con espantosos resultados, tal y como hizo Rompetechos en alguna historieta corta, y como hará en las futuras Rapto Tremendo (2003), con el chiste del subterráneo incluido, y Venganza cincuentona (2007). Otros gags relacionados con la conducción caótica los tenemos en El estropicio meteorológico (1987) y en El cochecito leré (1985) y El carné al punto (2005)- en estos dos últimos casos, de manos de Ofelia-. El episodio, que contiene buenos gags culmina con nuestros agentes sumamente envejecidos por la experiencia.





En el siguiente episodio el aspirante será Hediondo Gáfez Cenícez, un gafe. Esta tipología, aunque aparece otras veces en la obra de Ibáñez no es tan frecuente en su obra como lo es en la de Vázquez o Escobar. Ibáñez volverá a usar un personaje similar en Sidney 2000 (1999). En esta ocasión, el personaje combina sus “cualidades” fatídicas con una torpeza que lo emparienta con las demás criaturas de Ibáñez. Aunque Filemón es escéptico con respecto a su influjo, ha de acabar por admitirlos. El episodio, que contiene muy buenos gags, culmina con el derrumbe del edificio de la TIA, al hacer un agujero en uno de sus pilares, tal y como ocurre en Soborno (1977).

El siguiente candidato es más original. Se trata del Mago Chistera, que también se mostrará como un personaje autosuficiente y “sobradete”, lo cual desata la faceta más agresiva de un Mortadelo nada motivado con la misión. La poca visión de los agentes hace que desaprovechen al que sería, sin duda, un buen fichaje para la TIA. La metamorfosis del Súper con que culmina su intervención bien recuerda a la de La maldición gitana (1989).

En el episodio posterior, nuestros agentes son víctimas de una confusión, al confundir a un marciano invasor con un nuevo aspirante. La invasión de extraterrestres aparece también en álbumes como Los monstruos (1973), Los invasores (1974), Las tacillas volantes (1988), Expediente J (1996), Venganza cincuentona (2007)…amén de varias historieta cortas. El esquema que utilizará Ibáñez aquí será aquel que consiste en mostrar las desventuras de los agresores de Mortadelo y Filemón, que nunca logran su objetivo, algo que vemos también en Magín “el Mago” (1971), Los guardaespaldas (1977), Los gamberros (1978), Los bomberos (1979), El balón catastrófico (1982), ¡Venganza cincuentona! ,etc. No hace falta decir que muchos de los recursos de estos álbumes vuelven a encontrarse en el presente episodio, en el que, por cierto, Filemón no aparece hasta la tercera página, haciendo gala, otra vez, de un escepticismo mayor que el de su ayudante.

El último aspirante encajará dentro del perfil de los “máquinas”, pues hará gala de una capacidad de tirador que dejaría por los suelos al mismo Lucky Luke, además de superar con creces cuantas pruebas le propongan. Esto desatará, cómo no, la envidia de nuestros rencorosos protagonistas. Algunos gags ya nos suenan, como el de la resistencia bajo el agua, similar a una historieta de Sacarino de los sesenta (similar a su vez a una de Gastón el Gafe, de Franquin) o el de enfrentarse a una fiera que acabará siendo devorada por el candidato, gag que Ibáñez sacó de Vázquez y su Anacleto. Sus hiperbólicas cualidades hacen que el individuo resulte ideal para el puesto de Superintendente, con la consiguiente destitución del cargo del pobre Vicente, tal y como ocurrirá en aventuras como Barcelona 92 (1991), El racista (1992) o ¡Pesadillaaaa! (1994). Como de costumbre, el Súper la pagará con Mortadelo y Filemón que, reconozcámoslo, no son culpables de su mal fario, al menos en este caso.

En definitiva, podemos decir que estamos ante un álbum original, ante una misión insólita por parte de nuestros agentes. De hecho, el esquema global de la historia no se ha vuelto a repetir y, aunque hay varios elementos comunes a historietas anteriores, en ningún momento resulta monótono. Los gags, que tendrán esta vez siempre como víctimas a nuestros agentes, se basan en las personalidades de los aspirantes, que se debaten entre la más absoluta incompetencia y el derroche de cualidades, provocando así el efecto cómico. En este último caso, la naturaleza mezquina de los protagonistas, aflorará, con una mal disimulada envidia hacia los novatos. Se trata, en definitiva, de un álbum inolvidable, muy recordado por la mayoría de los fans dado su carácter singular.

domingo, 14 de noviembre de 2010

ENTREVISTA A MIQUEL PELLICER

Miquel Pellicer es otro de los hombres fundamentales de la intrahistoria de la editorial Bruguera. Empleado en ella desde principios de los sesenta, estuvo vinculado a las ediciones infantiles, entre las que se incluían las viñetas de los artistas que alimentaron nuestra infancia y juventud. Nombre clave en las transición de Bruguera a Ediciones B, Pellicer ocupó en la nueva ediotiral el cargo de Editor Jefe de libros infantiles, libros ilustrados y revistas. Hoy día se mantiene activo desarrollando su faceta más artística, pintando cuadros y realizando carteles, amén de algún proyecto relacionado con la escritura.

Les invito a que lean las palabras que, atentamente, nos ha dedicado y espero que estas les resulten tan interesantes como a mí. A través de ellas conoceremos algo más de la Editorial Bruguera, de Ibáñez y de las historietas que nos forjaron a lo largo de los años.



1.- Para situar a nuestros lectores, hablemos de sus comienzos en el mundo editorial. ¿Cómo entró a Bruguera y qué cargos u ocupaciones ha ido desempeñando tanto en esa empresa como después en Ediciones B?




En 1960 ofrecí a Editorial Bruguera chistes ilustrados que su departamento de Creaciones Editoriales compraba para sus revistas y para vender en el extranjero. Creo recordar que presenté unos diez chistes y me compraron uno solo, previas modificaciones en las narices de los personajes. Dejé muestras de otros trabajos por si podían interesar, especialmente cuentos que yo había escrito e ilustrado. A los pocos días me llamaron y propusieron entrar en nómina para ser el responsable de un nuevo departamento dedicado a ediciones infantiles. Y ahí me quedé.Mi primer despacho consistía en una mesa bajo una escalera. Después de un tiempo me nombraron jefe del Departamento de Ediciones Infantiles, con un despacho que compartía con Juan Bruguera que tenía dos despachos. Había un solo editor en toda la editorial que era Francisco Bruguera. Lo máximo que podía aspirar uno era a jefe de departamento aunque hacía las tareas de lo que hoy se llama editor. En Ediciones B, fue distinto. Entré ya como Editor jefe de libros infantiles, libros ilustrados y revistas.






2.- A lo largo de las décadas, usted ha podido trabajar con personalidades de la talla de Escobar, Vázquez, Segura, Raf, Jan… ¿Qué recuerdos tiene de estos grandes autores?



Esos dibujantes me acomplejaron. Yo he dibujado siempre utilizando mucho la goma de borrar. La mayoría de ellos eran rápidos (quizás Raf era el más rápido que conocí ), encajaban un poco los dibujos a lápiz y luego lo repasaban con tinta. Solamente uno de ellos OLI ( Enrique Oliván) dibujaba directamente a tinta y sin ningún tipo de documentación gráfica. Era capaz de dibujar de memoria cualquier cosa, una cápsula espacial, un león, la caricatura de un famoso... Y eso me acomplejó mucho. Curiosamente ninguno de estos famosos dibujantes presumía de sus cualidades. Todos empezaron tímidamente pero dibujaban tanto y con tantas prisas que llegaron a ser unos maestros de dibujo. Ibañez, cuando empezó, era francamente malo pero ahora para mí es de los mejores dibujantes de humor. Esas portadas que hace los últimos años de Mortadelo merecen estar enmarcadas en un museo.



Conti era todo un caballero, parecía un doctor o un personaje importante, pero no un dibujante colaborador. Se comentaba que Conti tenía un sistema mecánico muy rápido para hacer chistes por la cantidad de ellos que entregaba cada semana. De Peñarroya admiraba sus multitudes, con grandes escenarios, eran geniales, llenos de detalles. Viajaba mucho, hacía turismo continuamente pero sobre mapas... Jan es también muy rápido y con una gran memoria gráfica. Creador de muchos personajes de los que perdura únicamente el Superlópez. Domina muy bien el color.





3.- ¿Cuáles eran sus autores y personajes favoritos dentro de la editorial?

Cada autor y cada personaje tenían sus cualidades. Pero creo que cada uno por separado no hubiesen llegado a crear una linea de humor tan particular. Si el dibujante era capaz de crear buenos guiones y después desarrollarlos gráficamente ese triunfaba. Pero no todos lo conseguían, algunos dibujantes mediocres (como lo eran todos al principio ) necesitaban encargar los guiones a uno o varios guionistas y eso era terrible para el personaje y para su dibujante. De cada dibujante tenía un personaje preferido. Bueno, de algunos más de uno, como Vázquez con Anacleto, La familia Cebolleta o Las hermanas Gilda. Con Ibáñez, aparte de Mortadelo, su Rompetechos era genial. Jan con el Superlópez y Pulgarcito. Escobar, con Zipi Zape.






4.- Centrándonos en la época de Bruguera, a finales de los años sesenta una encuesta reveló que Mortadelo y Filemón eran los favoritos de los lectores, abonando así el terreno para las aventuras largas de la pareja, así como a la revista Mortadelo. ¿Realmente fue una sorpresa la predilección del público? ¿Recuerda cuáles fueron las reacciones de directivos, dibujantes y del propio Ibáñez ante el resultado de la encuesta?

La encuesta sorprendió a todos. El resultado fue abrumador, le seguía a mucha distancia, pero también destacado, Zipi y Zape.La reacción de la editorial fue, entre otras, crear la revista Mortadelo. Yo editaba entonces los álbumes de Astérix y conociamos la buena aceptacion del publico a este tipo de ediciones. Por ello se decidió encargar a Ibáñez una aventura larga tipo Astérix, con dibujos muy acabados y con mucho detalle en los fondos. Este álbum fue "El sulfato atómico" con el que se inició una colección que sigue publicándose después de tantos años. Y yo di color a estas primeras portadas que dibujó Ibáñez. La reacción de Ibáñez no la recuerdo pero para él, aparte de la satisfacción de tener un personaje con tantos admiradores, siguió cobrando lo mismo por página entregada. No recuerdo cuándo empezó a cobrar royaltis pero tardó mucho y con unos porcentajes que hoy resultarían irrisorios.





5.- A mediados de los ochenta, se produjo la transición de Bruguera a Ediciones B. Usted trabajó en ambas empresas. ¿Cómo vivió esta época de cambios?


En el 82 en plena crisis de Bruguera, en que el pago de las nóminas completas se fue retrasando mes tras mes. Al igual que la mayoría de empleados intenté encontrar un nuevo trabajo y entré en contacto y colaboré con otra editorial y por ello me despidieron. Para los que quedaron fue una época horrible. Cambios continuos de directores, impagos totales en Sudamérica, resultados comerciales muy negativos. Algunos directivos marcharon de Bruguera llevándose colaboradores tan importantes como Ibáñez, Escobar y Raf, lo cual ayudó a empeorar la situación. Debido a los elevados créditos que no se pudieron devolver la editorial quedo en poder de un banco, que creo recordar era Banco de Crédito Industrial.

Finalmente el Grupo Zeta hizo una importante oferta para quedarse con la editorial. Las gestiones de compra las llevo directamente Antonio Asensio y Félix Espelosin ,un ex directivo de Bruguera. Antes del acuerdo definitivo propusieron a Silvia Querini como editora libros para adultos y a mí como editor de libros infantiles y cómic. Como ambos aceptamos estas responsabilidades la operación de compra se llevó a cabo.Me ocupé personalmente de organizar el traslado de todo el fondo editorial a Parets. Archivos de documentos y originales, así como todos los stocks de libros fueros trasladados desde distintos locales de Barcelona a Parets. Por desgracia las instalaciones de Parets estaban bastante deterioradas, y como esos días llovió fue difícil localizar locales sin goteras donde depositar todo lo trasladado. El aspecto era catastrófico.



Un grupo de disidentes que no quisieron abandonar la empresa estuvieron encerrados bastante tiempo y habían roto instalaciones eléctricas y provocado agujeros en los techos. Algunos acreedores habían vendido urgentemente a chatarreros algunas maquinas impresoras y fueron retiradas sin desmontar, rompiendo las paredes para sacarlas enteras. Lluvia, viento y oscuridad fueron mis compañeros la ultima noche del traslado.






6.- Antes de que Ediciones B llegara a un acuerdo con Ibáñez, un equipo apócrifo siguió realizando nuevas historietas de su pareja estrella. ¿Cómo valora hoy en día ese producto? ¿Fue más o menos rentable, de cara a las ventas?


Antes de que marchara Ibáñez, ya trabajaba en Bruguera un equipo de dibujantes que imitaban a quien hiciera falta. Era un grupo dirigido por Blas Sanchís y que empezó produciendo paginas de Vázquez cuando este comenzó a desaparecer periódicamente y también dibujaban paginas de Mortadelos cuando el jefe de revistas precisaba más material del que podía hacer Ibáñez. Eran páginas francamente malas que desacreditaban a los autores originales. Para hacer páginas de Mortadelo se creó otro grupo, no recuerdo si Bruguera o mas tarde en Ediciones B, que firmaba Equipo B y que desapareció cuando Ibáñez llego a un acuerdo con el Grupo Zeta. Todas las pagina "falsas" fueros localizadas y destruidas o apartadas del resto de originales auténticos de Ibañez.El hecho de crear este material fue la única manera que Ediciones B podía relanzar de nuevo la revista Mortadelo y Super Mortadelo.






7.- ¿Cómo fue trabajar con Ibáñez durante tanto tiempo? ¿A qué se debe que durante tanto tiempo este autor realizara seis (ni más ni menos) álbumes anuales?




Ibáñez es, contrariamente a la mayoría de dibujantes, metódico y puntual en sus entregas, aparte de tener siempre un agradable trato y un gran sentido del humor. Es capaz de dibujar un álbum cada dos meses, sin perder su calidad de dibujo ni la chispa de sus divertidos guiones. Cuando se editaban las revistas Mortadelo además tenia que dibujar 6 o 7 portadas cada mes. Y cada una de ellas eran obras de arte.




8.- A la hora de plantear un nuevo trabajo, ¿tenía Ibáñez que presentar a la editorial el guion, una sinopsis o algo similar, o tenía carta blanca para tocar el tema que quisiera?




Los tema de los álbumes los decidía él, aunque le proponíamos temas de más o menos de actualidad o de acontecimientos próximo. En Brugera sí supongo que tenía que proponer temas y sinopsis, ya que el jefe de redacción, Rafael González, era un gran guionista que gustaba de modificar detalles de los guiones y dibujos.




9.- Dentro de la producción de Francisco Ibáñez, ¿cuál es su personaje favorito? ¿Tiene algún álbum de Mortadelo y Filemón preferido? ¿Alguno que descollara especialmente en cuanto a ventas?




Mi personaje favorito de Ibañez fue Rompetechos. Aunque no triunfó como Mortadelo sus guiones eran terriblemente cómicos. Quizás porque fue el primer album, mi aventura preferida de Mortadelo es "El sulfato atómico". Posiblemente el más vendido fue también "El sulfato atómico" ya que se habrá editado por enésima vez, desde su exitoso lanzamiento.






10.- En El pinchazo telefónico (1994), Ibáñez hace una caricatura de varias personas de Ediciones B, entre ellas, usted. ¿La recuerda? ¿Qué opina de su aparición en un álbum de Mortadelo y Filemón?




Claro que lo recuerdo. Para mí fue una satisfacción y no creo que nadie se molestara por aparecer caricaturizado codeándose con Mortadelo.





11.- En la revista Mortadelo y sucedáneos, ya en Ediciones B, las páginas iniciales de Ibáñez se complementaban con material de otros dibujantes como Maikel, Marco, Ramis, Cera, March…¿Qué recuerda de esta joven generación de dibujantes que se dieron a conocer, fundamentalmente, en los años ochenta? ¿Recuerda quién gozaba de mayor favor popular?



Las páginas que completaban la revista Mortadelo, eran como había hecho Bruguera, dibujadas por los dibujantes más idóneos de la época. Cada dibujante tenía sus fans, aunque naturalmente la popularidad de la revista Mortadelo permitió dar a conocer el resto de autores y personajes. March tenía un gran sentido del humor y un estilo de dibujo muy distinto a los demás. Ramis y Cera formaron un buen equipo que todavía continúa. Creo que la mayor popularidad, en contra de lo supuesto, fue Montse la amiga de los animales de Enrich. Cuando se cerró la revista Mortadelo recibimos numerosas cartas de fans de Montse preguntando cómo o dónde podían seguir viendo nuevas aventuras del personaje.




12.- Hablando de las revistas semanales. ¿Qué factores impulsaron que se cancelaran a mediados de los noventa?



Como siempre ha ocurrido, en todas la publicaciones se tiene que ajustar la tirada a los resultados de venta y cuando este tiraje llega a un límite la revista muere por sí sola. La época dorada de las revistas Bruguera con grandes tirajes desapareció. Pero aún queda un gran público que siguen leyendo a personajes como Mortadelo o Superlópez, editados ahora en álbumes y no en las clásicas revistas infantiles.




13.- Es de forzosa actualidad preguntar… ¿Qué opina de la recreación de Bruguera y su gente realizada en la reciente película El gran Vázquez?



Se me escapó el estreno de la película, pero espero verla en cuando pueda. Por los comentarios y por los trailes vistos, creo que consigueron un ambiente y una decoración exacta a como vivimos en esos despachos de Bruguera en la calle Camps y Fabres.




14.- Por último, ¿a qué se dedica profesionalmente en estos momentos? ¿Qué proyectos tiene?




Estuve tres años escribiendo mis recuerdos de Bruguera, ordenando datos de un viejo archivo heredado de un anciano exbruguera, recopilando datos de distintas fuentes pero por desgracia no lo hacía solo y la cosa se complicó tanto que desistí de seguir. Dibujo y compagino una revista mensual, pinto, participo en concursos de carteles, expongo mis cuadros de vez en cuando. Estoy terminando (o dejando presentables) mis libros de artista, de los que debo tener unos 70 ejemplares. También espero escribir de nuevo mis recuerdos de mi paso por Bruguera y Ediciones B, pero esta vez solo.






Ojalá así sea, puesto que somos muchos los interesados en leer algo más sobre la editorial Bruguera y Ediciones B, sobre todo desde la perspectiva privilegiada de quien estuvo allí durante tantos años. Animamos a Miquel Pellicer a seguir adelante con su proyecto, a la vez que le damos las gracias por su tiempo y por su amabilidad.

Espero que les haya resultado interesante.

domingo, 7 de noviembre de 2010

LOS SIETE PECADOS CAPITALES...DE MORTADELO

Aprovechando la visita del Papa Benedicto XVI a España, dedicaremos un tema santo, casto e impoluto a la reflexión religiosa, a la contrición, al ascetismo.

Así pues, para ayudar a nuestros lectores en su reflexión, les invitamos a recordar los 7 pecados capitales, para que eviten caer en ellos y en sus perniciosas consecuencias:






SOBERBIA









AVARICIA











LUJURIA











IRA






GULA








ENVIDIA





PEREZA



Ya ven ustedes, queridos lectores, la calaña del tal Mortadelo, que incide en todos los vicios nefastos. Es por ello que retamos a nuestros visitantes a qué nos digan a qué historietas pertenecen las viñetas anteriores, con el objeto de hacer un donoso escrutinio y quemarlas, junto al resto de libros impíos, procaces y prohibidos.

¡Anímense, a ver si aciertan!

domingo, 31 de octubre de 2010

PEPE GOTERA Y OTILIO EN MORTADELO Y FILEMÓN

En la obra de Francisco Ibáñez no es difícil encontrar diversas conexiones entre series, principalmente gracias a las apariciones estelares de sus principales estrellas en las historietas de sus “hermanos de tinta”. Tal es el caso, por ejemplo, de Pepe Gotera y Otilio, a los que hemos visto en 13, Rue del Percebe, El Botones Sacarino, y, por supuesto, en Mortadelo y Filemón. Ya vimos en temas anteriores cómo los agentes de información aparecieron en varias historietas cortas de los chapuzas a lo largo de la década de los sesenta. Hoy nos vamos a centrar en la incidencia de estos dos “expertos en cualquier cosa” en el mundo de los agentes de la TIA.

Si empezamos este recorrido con un criterio cronológico, se nos presenta una primera duda en la segunda historieta larga de Mortadelo y Filemón: Contra el gang del Chicharrón (1969). En la segunda viñeta de la página 16 encontramos a un obrero (pintor, concretamente) que reprocha a Filemón haberse caído en su barreño de pintura. El personaje tiene semejanzas con Otilio, tanto por la profesión como por el color (azul) de su mono y gorra, así como por el hecho de ir arremangado. Sin embargo, no podemos asegurar que se trate propiamente de Otilio, pues presenta una nariz menos redondeada y sus pantalones no le quedan pequeños, como al ayudante de Gotera. Tal vez la semejanza entre personajes llevó al colorista a pintarle su mono de azul, reforzando así lo que, creemos, es una mera coincidencia.

Como nos recuerda nuestro amigo Bigotito, vuelven a aparecer nuestros simpáticos currantes en el álbum Los inventos del profesor Bacterio (1972), lo que dio lugar a que salieran también en la adaptación para tv de dicho episodio.En otro álbum relativamente temprano de la pareja, ¡Operación Bomba!(1972), encontramos una aparición estelar de Ibáñez quien se presenta como un dibujante agobiado por la demanda de los fans, uno de los cuales le pide que le dibuje un “Pepe Gotera”, de manera que la serie de los chapuzas se ubica claramente dentro del territorio de la ficción, producto de la labor creativa de Ibáñez. También a mediados de los 70, en una historieta corta publicada en el nº 19 de Super Pulgarcito, La estatua del vate, encontramos un cameo de fondo en el que aparece Otilio devorando, una vez más, un bocadillo imposible.





Sin embargo, la primera interacción importante dentro de los álbumes de Mortadelo la encontramos en Los cacharros majaretas (1974), donde un amabilísimo Pepe Gotera ofrece sus servicios (y los de su ayudante) para reparar uno de los vehículos probados por los agentes, vehículo que acaba convertido en un molinillo de café gracias a la ineptitud de Otilio. En ¡Soborno! (1977) se vuelve a citar a la pareja de currantes como obra de Francisco Ibáñez, pues se trata de lo que solicita Mortadelo a la bibliotecaria. Nuevamente, en el mundo de los agentes, Gotera y Otilio han vuelto a ocupar el espacio de los personajes ficticios.

No ocurre así en Testigo de cargo (1984), donde Mortadelo alude a los chapuzas para reparar una máquina de escribir con la que el Dire de Sacarino está golpeando a Filemón, en una curiosa viñeta que aúna, así, tres de las principales series de Ibáñez. En El cacao espacial (1984), aparecen reconvertidos en los constructores de la astronave que ha de transportar a Mortadelo y Filemón, por lo que se puede decir que por primera vez trabajan para la TIA. Algo similar vemos en El cochecito leré (1985), donde son los técnicos calificados que reparan uno de los coches que han de probar los agentes. En una viñeta en la que se alejan tras acabar su trabajo, Gotera y Otilio parecen tan satisfechos del resultado como lo estaban en el álbum citado anteriormente. A diferencia de la historieta anterior, en esta ocasión los chapuzas sí hablan…para mencionar que se han olvidado de colocar el freno al vehículo. En esta ocasión, Mortadelo y Filemón reconocen perfectamente a la pareja, pues al ver que ellos son los que han reparado el auto, intentan tirarse por la cornisa.

Como breve paréntesis en la producción ibañezca, veremos a ambas parejas en la cola del paro de Chicha, Tato y Clodoveo, en el álbum Pero…¿quiénes son estos tipos? (1986), donde Otilio afirma conocer a Mortadelo. Ya en los 90, los encontramos transformados en Pepe y Otilio Pinzón, trasunto de los hermanos Pinzones, que acompañaron a Colón en su Descubrimiento. No deja de ser curioso que aquí sean hermanos, pues si hemos de entender que se trata de antepasados de los personajes que conocemos, eso querría decir que hay un lejano vínculo de parentesco entre los chapuzas, arrastrado siglos ha. Por supuesto, los Pinzón son tan inútiles como sus descendientes y aportarán sus escasos conocimientos a la aventura épica de Colón, de la que también son testigos los agentes en la mítica El quinto centenario (1991).







En otra historieta conmemorativa, El 35 aniversario (1992), los chapuzas son contratados por la TIA de nuevo, esta vez para sustituir un canalón por otro. Esta vez es Mortadelo quien ayuda a Otilio, aunque los personajes no parecen conocerse. En El nuevo “cate” (1993), se ve que son nuevamente contratados por la TIA, que parece estar en obras durante todo el álbum, por lo que los vemos transportando un tablón con el cual golpean, sin querer, a un sacerdote, algo que Otilio ve como un buen augurio.

Aunque no siempre aparezcan, las referencias a Pepe Gotera y Otilio son constantes. Así, Mortadelo recuerda con terror que ellos trabajaron en las obras del edificio de la TIA (y van…unas cuantas veces que vemos que han sido contratados por la organización) en ¡Desastre! (1996). Del mismo modo, cuando el Súper expone los actos de sabotaje en los parques temáticos en Parque de atracciones (2003), Mortadelo los atribuye a la inoperancia de estos dos conocidos ñapas. Esto no quita que en ¡Rapto tremendo! (2003), vuelvan a nombrarse como personajes de ficción, nacidos de la pluma de Francisco Ibáñez.

En Atenas 2004 (2004) hacen un breve cameo en la escena del desfile de naciones, mientras ultiman el asfaltado de las pistas. Según explica un personaje secundario, los personajes han sido contratados bajo el nombre de empresa “Hispanic Chapuzing”, lo cual parece ser un intento de internacionalización de su modesto taller que, al menos en esta historieta, ha dado resultado. La siguiente aparición la encontramos en otra entrega deportiva, Mundial 2006 (2006), donde trabajan en la TIA transportando un tabique de acero para la cámara acorazada.

Más original es su aparición en El 2 de mayo (2008), donde encarnan a Daoíz y Velarde. Si atendemos a la lógica histórica, estos individuos parecen ser descendientes de los hermanos Pinzón antes citados y de los futuros chapuzas…Respecto al cambio de apellidos a lo largo de los siglos, vayan ustedes a saber qué vericuetos familiares los motivaron. En esta ocasión, los agentes de la TIA reconocen el parecido con los chapuzas, algo que ellos mismos corroboran con su inoperancia continua. Por último, de momento, encontramos a la pareja en el álbum ¡En la luna! (2008) como ingenios aeroespaciales que trabajan (novedad) sobre planos del profesor Bacterio, en un nuevo intento de colaboración con la TIA que tampoco agrada a Mortadelo y Filemón, quienes reconocen a los catastróficos obreros.




Como se puede observar, las apariciones de Pepe Gotera y Otilio en Mortadelo y Filemón, si bien no han sido las más numerosas, sí han sido constantes a lo largo del tiempo, bien con su mera presencia física o bien siendo nombrados únicamente; lo mismo considerados como personajes reales que ficticios, como conocidos de los agentes o como recién presentados. Lo cierto es que el rol tan recurrente de la pareja de chapuzas, así como el ajustado presupuesto de la TIA (incapaz de colocar a empleados más cualificados) han hecho que su presencia sea cotidiana y estamos seguros que lo seguirá siendo cada vez que Ibáñez necesite unos currelas poco avezados.

domingo, 24 de octubre de 2010

FIRMA DE IBÁÑEZ EN CÓRDOBA



Después de muchos años, Francisco Ibáñez volvió ayer, 23 de octubre, a la ciudad de Córdoba para firmar ejemplares, esta vez en El corte inglés. Como no podía ser menos, el humilde escribano de este su blog acudió al evento, acompañado de algunos contertulios habituales que ustedes conocen, como Easmo, El Viejo, Franchesk, además de otros buenos amigos que quisieron también una firma del maestro.

Tras dos horas guardando la cola, Ibáñez apareció unos minutos antes de las seis de la tarde, ante el clamor popular, pues sus aficionados lo recibieron con aplausos y vítores, a los que respondió con varias inclinaciones de cabeza, en señal de modestia.

La firma no se hizo esperar y en ella pude obtener una caricatura de Otilio cuya realización aprovechó el autor para comentar que ya no tiene tiempo de rescatar a estos personajes, aunque hasta hace poco estuvo dibujando otra vez al hijo “ de sus entretelas”, Rompetechos. Ibáñez, que destacó la buena acogida que ha tenido siempre en Andalucía, recordó firmas anteriores en el Salón del Cómic de Barcelona, donde, como ya pudimos comprobar, se forman colas tan largas que le dan “incluso vergüenza”. Me comentó, además, que le gustaría poder atender a todo el mundo, para que nadie tuviera que esperar tanto rato, mas, de momento, no puede dibujar también con la mano izquierda. Por último, hizo una dedicatoria para Corra, jefe, corra, con autocaricatura incluida.











Ante el tropezón de nuestro amigo Easmo cuando fue a firmarle, junto a su hermano Dani, le comentó que no se descalabrara, que perdería un cliente (los tropezones con el dichoso escalón fueron constantes a lo largo de la noche). Easmo consiguió su sueño de que Ibáñez le dedicara un dibujo del Director general en el álbum Impeachment!, a pesar de que el autor tuvo dificultad para recordarlo, porque, como él dijo, lo dibuja de formas distintas y no se acuerda de una vez para otra. Además, Ibáñez contó una anécdota referida a su nieto, quien le dice : “Yayo, hazme un Mortadelo”, después de haberse pasado 26 horas dibujando al personaje, ante su desesperación.










A nuestro amigo El Viejo, Ibáñez le volvió a comentar “la que se lía en Madrid y Barcelona”, en sus respectivos Salones. Insistió en que no sabe cómo los fans aguantan tanto rato para conseguir su firma y, ante el agradecimiento de su admirador dijo que él era el agradecido por la paciencia de la gente.

Como suele ocurrir, la cola que se formó para conseguir la firma de Ibáñez fue impresionante, tanto que salía por una de las puertas del centro comercial, ocupaba una calle entera e incluso daba la vuelta a la esquina. Hay que decir, que a las ocho de la noche, dos horas después, la fila, lejos de mermar, no hacía sino crecer. Tanto fue así que el dibujante estuvo media hora más de lo acordado, hasta las nueve y media de la noche y, a pesar de todo, hubo gente que se quedó sin su firma, pues los encargados de la seguridad tuvieron que ponerse en medio. El personal del centro comercial miraba incrédulo a los de seguridad, quienes les explicaban que la gente que había detrás de ellos no se quería ir aunque ya les habían dicho que no habría firmas para todos.

Entre los integrantes de la fila, hay que destacar la afluencia de personas de todas las edades: niños, ancianos, hombres, mujeres, y, muy especialmente, gente de entre 20 y 40 años. Es importante resaltar que las caras de ilusión no se limitaban a los pequeños, sino que eran más frecuentes, incluso, entre los mayores, quienes acogieron al maestro Ibáñez con un cariño que, desde luego, él devolvió con su eterna sonrisa, que no perdió en las más de tres horas y media de firma.

A su lado, estaba Manuel de Cos, su editor y acompañante en esta firma, quien subrayó el éxito de la firma en Córdoba, a la vez que alabó la belleza de la Mezquita, a la que pudo hacer una breve escapada (fue sumamente halagador que le sonara mi cara de otras firmas). Entra en sus planes, y desde aquí le reiteramos la invitación, venir en otra ocasión a nuestra ciudad. El señor De Cos tuvo la gentileza de hablar con nosotros por más de una hora acerca de Ibáñez y sus personajes, así como de otros autores de Bruguera y Ediciones B, aunque de eso hablaremos en otra ocasión. Manuel de Cos se encargó de que no le faltara de nada al maestro, desde agua hasta rotuladores (gastó media docena, durante las firmas) y también a él hacemos extensivo nuestro agradecimiento.


Ibáñez fue despedido con otra ola de aplausos y con la satisfacción de haber hecho felices a centenares de personas de la ciudad de Córdoba de cuyas vidas forma parte indisoluble.

¡Gracias, maestro!

domingo, 17 de octubre de 2010

BRUGUERA ENTRE BASTIDORES: GEMMA BRITIÁN (IN MEMORIAM)

Retomamos hoy la sección Bruguera entre bastidores con un triste motivo. Leyendo el último libro de Antonio Guiral, 100 años de Bruguera, contemplé atónito la noticia de que Gemma Britián había fallecido.


Para los despistados, Gemma Britián fue la mano derecha de Rafael González en cuestiones administrativas en la época de Bruguera. En Ediciones B, siguió asumiendo esas funciones y trabajó, según Jaume Rovira, con Miguel Pellicer y Julia Galán.


Ibáñez nos la retrató en la historieta El pinchazo telefónico (1994), caracterizada como una señora inteligente y atractiva, con un desmedido gusto por la decoración (inolvidable lo "cuco" que aparece su despacho). Además, tenía la extraña habilidad, según Mortadelo, de darle al ordenador con la derecha mientras con la izquierda hacía encaje de bolillos.


Sin duda, una de las múltiples bromas privadas con las que Ibáñez se refería a sus compañeros de editorial.



Lamentablemente, tras una enfermedad, Gemma nos ha dejado. Los que la conocieron, como Jordi Bayona, la definen como "una excelente persona", y subrayan que era muy querida. Jaume Rovira, por su parte, la recuerda como "una mujer muy eficiente y una de las caras amables que había por allí, formando parte de un equipo de mujeres , realmente muy inteligentes y preparadas".



Como anécdota, ¿sabían que el álbum de Mortadelo y Filemón El jurado popular (1995) era un guiño privado que Ibáñez hizo a Britián, ya que a ella le tocó formar parte de un jurado?



Desde aquí, mostramos nuestro reconocimiento a la que fue una de las piezas clave de los "bastidores" de Bruguera y Ediciones B.



Descanse en paz.

domingo, 10 de octubre de 2010

¡A LA CAZA DEL CUADRO! (1971)

¡A la caza del cuadro! (1971) es una historieta de Mortadelo y Filemón serializada entre los números 42 y 52 de la revista Mortadelo. Se trata de una aventura cuyo desarrollo está plenamente adaptado al esquema de 11 capítulos de 4 páginas cada uno. Desde el punto de vista argumental, Ibáñez echa mano del recurso del Mac Guffin (véase lo que Kaximpo escribió al respecto en este mismo blog: http://mortadeloyalgomas.blogspot.com/2007/10/la-caja-de-los-diez-macguffins-por.html). Como en La caja de diez cerrojos (1971), nuestros agentes han de encontrar una serie de objetos escondidos en diez lugares distintos. Sin embargo, la aventura que nos ocupa en esta ocasión sienta precedentes en otro sentido: se trata de la primera vez que nuestros agentes tienen que buscar estos objetos en casas de particulares comunes y corrientes, con la consiguiente dificultad para entrar en las mismas. La caja de diez cerrojos, sin embargo, se puede considerar una aventura “de viajes”, al igual que 20.000 leguas de viaje sibilino (1994), puesto que los gags vienen derivados de los tópicos que caracterizan a las diversas partes del mundo visitadas por Mortadelo y Filemón. Otras historietas que siguen la línea de ¡A la caza del cuadro! son El plano de Ali-Gusa-No (1974) y El caso del calcetín (1976), entre otras. El final de este tipo de aventuras (o al menos de su uso de manera sistemática) vino determinado por el aumento de páginas por capítulo, de manera que Ibáñez pudo romper con las limitaciones de los pequeños episodios de 4 páginas.

Desde el punto de vista gráfico, la historieta reúne las características de la época. Como corresponde a este periodo, con Martínez Osete a cargo de las tintas, los personajes están algo achaparrados y destacan por sus grandes manos. A principios de los 70, Ibáñez tenía auténtica sobrecarga de trabajo, de forma que en esta historieta abundan los primeros planos, que permiten rellenar las viñetas con mayor facilidad. En cuanto a las tintas, hay que hablar de algunos fallos, con algunos “negros” sin rellenar, como la pajarita de Filemón o la boca de Mortadelo.

En el primer episodio de ¡A la caza del cuadro! se plantea el argumento: Bacterio ha vendido su colección de cuadros para conseguir dinero para sus investigaciones (por lo visto, el científico se autofinancia y no recibe el presupuesto de la TIA), pero detrás de uno de esos cuadros, el Súper había escondido un documento de alto secreto (no se explica por qué lo guarda tras las pertenencias de Bacterio). En realidad, la presencia del científico es meramente anecdótica, ya que no tendrá relevancia en el desarrollo de la historia. A estas alturas, Bacterio era ya un personaje consolidado dentro de la serie y en este primer episodio sirve para que Mortadelo se mofe del inventor, amenizando así las explicaciones del Súper. Tras esta introducción, los agentes han de buscar el primer cuadro, con un título tan absurdo como los del resto de los capítulos, una forma de parodiar las obras del “arte moderno”, que tanta sorna le despierta a Ibáñez. Así, irán a casa de Sinado Majogo, un chino campeón mundial de judo, a buscar el cuadro “Día nublado con sol a la luz de la luna”. No hace falta decir que Filemón recibirá una buena tunda y que, por supuesto, el documento buscado no se encuentra en esta primera casa. De entre los disfraces de Mortadelo, destaca en este episodio el simpático y útil disfraz de plátano.



El segundo capítulo lleva a nuestros agentes a casa de Kid Trompada, en busca de “Sequía en el polo norte”. Destacan las evasiones de Mortadelo, que siempre concluyen con un choque contra el iglú de Nanuk, un esquimal que seguramente deba su nombre a la película Nanuk el esquimal (1922), de Robert Flaherty. Conforme Mortadelo va destrozando sus respectivas moradas, Nanuk va construyendo nuevas, que señala con números romanos. La última de ellas presenta lo que podemos considerar una errata, pues escribe “4” de la siguiente manera: “IIII”, en lugar de “IV”. Estas escapadas de Mortadelo otorgan ritmo al episodio, así como una gran dosis de hilaridad. Resaltan también los ideogramas de insultos que el esquimal dedica a los agentes de la TIA, hasta que al final acaba perdiendo por completo la compostura con ellos. En cuanto a la historia principal, vemos cómo las ideas de Mortadelo para entrar en la casa, acaban perjudicando a Filemón.

“Puesta de sol en el fondo del mar” es el cuadro que han de buscar en el tercer episodio, y es propiedad de Rufo Chúrrez, labriego de Villapringosa, que utiliza el cuadro para darle sombra al cerdo. Nuestros agentes se desplazan al lugar en un vehículo aparentemente lujoso, pero se trata de un mero efecto óptico, como el que vimos en Valor…¡y al toro! (1970). El primer encontronazo con Chúrrez deja bien clara su actitud, que es extrapolable al bulldog con el que también se las habrán de ver. El engaño con respecto al perro pequeño al que menosprecian antes de ver al grande, nos recuerda al que veremos en El antídoto (1973). Otras historietas en las que aparece el ámbito rural son La caja de diez cerrojos (1971), El caso del calcetín, Lo que el “Viento” se dejó (1980), ¡En marcha el Mundial 82!, El balón catastrófico (1982), Maastrich…¡Jesús! (1992),Su vida privada (1998) , Llegó el euro (2001) y Marrullería en la alcaldía (2010), así como la historia de Chicha, Tato y Clodoveo ¡A por la olimpiada 92! (1987).

En el cuarto episodio, encontramos ya la entradilla que va a definir las del resto de la aventura: Filemón se ve perjudicado por los disfraces que Mortadelo se empeña en probarse. En este caso, el disfraz de indio de éste, dañará a su jefe, recordándonos a las míticas contraportadas de la Colección Olé. El cuadro en cuestión será esta vez “La nada en el vacío cósmico del espacio despejado”, título muy acorde con su poseedor, Rompetechos, que aquí vive en la Calle Dioptría, 70. Es esta la primera vez que este personaje interactúa directamente con Mortadelo y Filemón en un álbum, ya que el que aparece en El sulfato atómico (1969) se supone que es un tal “Rompetechen”, y en Safari callejero (1970) el personaje será un mero espectador de la escena principal, sin mezclarse con los agentes. Sin duda, la estrella de este episodio es el simpático cegato, que acabará perjudicando a los protagonistas sin darse cuenta, con algún gag que ya hemos visto en su propia serie, como ocurre con el ladrón que entra en su casa en las páginas publicadas en el número 375 de Tío Vivo, publicada en 1968. Del mismo modo, algunos de los gags de este capítulo recuerdan a los que veremos en Terroristas (1987), concretamente cuando entran en casa de la cegata en el capítulo 6. Las penurias para llegar a un piso tan alto nos recuerdan a las que veremos en Testigo de cargo (1984).

En el quinto episodio vemos una entradilla que refleja los equívocos que Filemón comete con respecto a los disfraces de Mortadelo, algo que veremos también en Misión de perros (1976), Los que volvieron de allá (1987), Los sobrinetes (1988) o Maastrich…¡Jesús! (1992). Con su sarcasmo habitual, Ibáñez titula al cuadro del capítulo “Birria galopante”, una coproducción Vázquez-Sanchís. Indudablemente, alude a Manuel Vázquez (que no necesita presentación) y a Sanchís, quien coordinó el equipo de dibujantes “apócrifos” por aquella época. El hecho de que sea una coproducción, puede ser una alusión a la intervención de Sanchís y equipo en las historietas de los personajes de Vázquez. Pero las referencias no acaban aquí, pues el cuadro se halla en el castillo del Doctor Gonzalestein, clara referencia a Rafael González, omnipotente director de la Editorial Bruguera. Una de las dudas que se nos presentan en este apartado es quién compró el cuadro, puesto que los inquilinos del castillo son, como veremos, muy peculiares.








La entrada al recinto pasa por un encontronazo con un bulldog e incluso con un cocodrilo (o caimán, si lo prefieren). Como en otras ocasiones, Mortadelo utilizará un palito para cerrarle la boca al animal, algo que ya hizo en El caso del bacalao (1970) y como hará en El antídoto. Filemón volverá a vérselas con cocodrilos en La elasticina(1980), Testigo de cargo, 20.000 leguas de viaje sibilino y Okupas (2001). En el castillo conviven distintos monstruos, algo que volveremos a ver en Pesadillaaaa… (1994) y en Okupas. Los monstruos que aparecen en este apartado aparecen desmitificados: el efecto de la mordedura del hombre lobo, que nos deja una espléndida secuencia de la transformación de Filemón, se quita con un aerosol, Drácula se muestra asustadizo y el cerebro del monstruo de Frankestein es una cinta que Mortadelo sustituye por uno de los éxitos del momento: “Mi carro”, de Manolo Escobar. Ibáñez toma para este episodio la iconografía tópica de estos monstruos, sacada del cine de terror que, seguro, vio en su infancia y juventud. La iconoclastia de nuestro autor abarca, como hemos visto, no solo a los agentes secretos, sino también a los grandes mitos de la cultura popular. El episodio finalizará con la agresión de Filemón hacia un amigo, por el comentario inoportuno del mismo.

En el siguiente tramo, Mortadelo y Filemón han de buscar la obra “Bacilo bizco en un campo de coles”, que está en el hospital El peroné alegre. Otras historietas ambientadas en clínicas u hospitales son Los inventos del profesor Bacterio (1973)Los secuestradores (1976), La máquina de copiar gente (1978), Los gamberros (1978), La elasticina (1980) y en la historieta corta de Super MortadeloProtegiendo al embajador” (1972). Con el tiempo, volveremos a verlo en La Gomeztroika (1989),La tergiversicina (1991) El señor Todoquisque (1992), El SOE (1992), Clínicas antibirria (1993), Expediente J (1996), El dopaje…¡Qué potaje! (2006) y en La gripe U (2009). Los mismos Chicha, Tato y Clodoveo protagonizarán un álbum entero en este ámbito: Los sanitarios (1987). Como en otras ocasiones, Filemón fingirá ser un enfermo y Mortadelo hará las veces de médico. Al igual que en el capítulo anterior, hay una secuencia de un primer plano de Filemón, esta vez para reflejar cómo se va contagiando del sarampión tupamaro. Destacan algunos gags surrealistas, como los del hombre de dos cabezas o los “bichitos” que hay detrás del cuadro.

“Galaxia beoda en el maremagnum deletereo” será buscada en casa de Doña Tiburcia del Miriñaque, típica viejecita terrible, como las que se encontrarán también nuestros agentes en Contrabando (1978)- también con perro bestiajo- Lo que el “Viento” se dejó (1980), Testigo de cargo, Timazo al canto (1994), El jurado popular (1995), Su vida privada (1998), De los ochenta p’ arriba…(1999), La rehabilitación esa (2000), Misión: Triunfo (2002), etc. La viejecita, como todas las de Ibáñez, seguirá el modelo de La abuelita Paz, creada por Vázquez en 1969. En este episodio, vemos una de las escenas de mayor complicidad entre Mortadelo y Filemón, cuando vemos, en la página 27, que son capaces de compenetrarse con solo una mirada, en este caso para suplantar al pintor que visita a la anciana. Un pobre hombre que pretende venderles un dálmata, acaba pagando las iras de Filemón, varias veces masticado por el perro de la señora.

El octavo episodio altera la posible monotonía del desarrollo del álbum, ofreciéndonos un esquema distinto. Así, hay una larga introducción antes de que partan directamente hacia la misión, que cuenta con la presencia del Súper, quien va a darles un ultimátum a los agentes (como hiciera en otras aventuras, como Chapeau “el Esmirriau” (1971). En esta ocasión, será Nino “Matraca” el gangster de refinados gustos que ha comprado “Hipopótamo bailando la danza del cisne”. Para entrar en su guarida, han de burlar al guardián bestiajo, como harán años después en La máquina de copiar gente y en Contrabando. Destaca el gag de Mortadelo con la moneda de cinco duros, que muestra una vez más su racanería (gan recreado en Mortadelo y Filemón. Misión: salvar la Tierra, película de Miguel Bardem). El error de los agentes hace que el Súper los castigue viendo “Visto para sentencia”, serie española de televisión de los años 70. Resulta curioso que el Súper sea tan estricto con sus hombres cuando él tiene parte de la culpa de que la investigación no avance. Es decir, si en lugar de ocupar a Mortadelo y Filemón exclusivamente en esta misión, mandara a distintos agentes a visitar los cuadros a la vez, el resultado sería más inmediato. Por otra parte, nadie contempla la posibilidad de que el documento estuviera en uno de los cuadros ya registrados pero que su dueño lo hubiera encontrado antes y se hubiera adueñado de él. En fin, se trata de concesiones que se hacen a favor del gag continuo.

El noveno cuadro es “Antimateria protozoica en la conjuntiva” (nótese el uso paródico que hace Ibáñez de los tecnicismos), que se halla en los almacenes El corte berebere. Aunque no es el lugar más recurrente, nuestros agentes acuden a otros almacenes en Operación ¡Bomba! (1972) y en La gripe U. En el primer caso se trata de El rasgón senegalés y en el segundo de El corte angolés, claras parodias de la conocida cadena de almacenes El corte inglés. Destacan en este tramo algunos gags como el de la bruja moderna volando en aspiradora, el del “dormitorio completo” y el de los protagonistas haciéndose pasar por maniquíes para poder entrar al recinto. La experiencia vuelve a ser negativa y los sufridos agentes la pagan con un pobre publicista de la compañía. Como inconveniente, podemos decir que el presente capítulo adolece de un peor entintado.

El décimo episodio comienza con Mortadelo probándose el disfraz de fantasma, con idéntico resultado del que veremos en Misión de perros (malo para Filemón, claro). El cuadro “Rebaño de cabras pastando en un ascensor” se encuentra en el Queen Morcillus, lo que da pie a Ibáñez para desarrollar una serie de gags “de barco”, como los que encontramos en Los secuestradores, El plano de Ali-Gusa-No, Contrabando, Los gamberros, El bacilón (1984) La estatua de la libertad (1984)-con el que comparte el absurdo intento de subir a bordo con la excusa de ocuparse de la vela mayor, Los sobrinetes- donde también se cae una barca salvavidas sobre un pobre desdichado- La Gomeztroika (1989), La ruta del yerbajo (1993), El trastomóvil, Llegó el euro (2001)…así como en las historietas cortas de la pareja El carguero Chatárrez (Super Mortadelo, nº 13), Rumbo a la isla (Mortadelo Extra Primavera, 1973) y Misión en el Queen Cascajo (Mortadelo Extra de Verano, 1974), al igual que en el álbum A Seúl en un baúl (1987), de Chicha, Tato y Clodoveo. En nuestra presente historieta, el barco queda, lógicamente, hundido y el evento es reseñado en el periódico, con altas dosis de comicidad en el uso del lenguaje.

Finalmente, “Tornado en un plato de natillas” se encuentra en la Guardería “El Angelito”. El escenario de la guardería se encuentra también en ¡A por el niño! (1979), El jurado popular y La rehabilitación esa. En esta última aventura, al igual que en la que nos ocupa, los niños cortan la pernera de los pantalones, algo que también vemos en Los sobrinetes. También Chicha, Tato y Clodoveo se las vieron con enfants terribles en Los sanitarios. Como de costumbre, Filemón se llevará la peor parte, mientras que Mortadelo parece empatizar más con los niños (¿reflejo de lo que sucede entre los personajes y los lectores?). Por fortuna, los agentes encuentran por fin los documentos del Súper (siempre encuentran el objeto en cuestión en el último lugar donde buscan), que ni siquiera se destruyen con la explosión causada por uno de los niños (que, sin embargo, si destroza la ropa y el físico de Mortadelo y Filemón). El final tampoco es una sorpresa: efectivamente, los documentos carecían de valor, pues se trata de una receta para preparar la pescadilla con sabor a merluza. Ante la justa indignación de los agentes, el Súper es abandonado a su suerte en medio del proceloso océano, sobre un cuadro, rodeado de tiburones. Se trata, pues, de la primera aventura larga en la que nuestros protagonistas culminan la última viñeta vengándose del Super-intendente, aunque no será la última.

Este álbum, metido ya de lleno en un periodo de estandarización gráfica de la serie, mantiene un buen nivel de gags, amenos y fluidos. El acabado final de los personajes (que se debe también a la mano de Martínez Osete, el entintador), los hace más bajitos y algo rechonchos, de manera que se ven más entrañables que nunca. Se trata, por tanto, de un buen álbum que por su temática y por la variedad de ambientaciones (algunas de ellas aparecen aquí por primera vez en un álbum), así como por su estructura, sentó las bases de gran parte de la obra de Ibáñez, especialmente de aquella que desarrolló en la década de los 70.