domingo, 6 de julio de 2008

LOS BASTIDORES DE SACARINO

Como todo el mundo sabe, llegó un momento en que El botones Sacarino dejó de pertenecer a "El Aullido vespertino" (que no tenía otra razón de ser que la rima forzada) para trabajar en el DDT, reflejando así a numerosos personajes reales de la vida Brugueriana. En esta entrada vamos a repasar algunas de las más destacadas menciones a los mismos.


No vamos a hacer hincapié en la ya conocida historia de la caricatura que el Director supuso de Rafael González, director de Bruguera, pues el tema ya ha sido suficientemente tratado de forma pormenorizada en otros lugares. No obstante, cabe mencionar las constantes apariciones tanto de Perich, cuya caricatura es inconfundible, como de Armando Matías Guiu, que por entonces fungía de jefe de redacción.



Estas caricaturas de Matías Guiu se anticiparon a esa especie de moda de mediados de los ochenta de incluirlo en las historietas de diversos dibujantes de la casa. Ibáñez no deja pasar la ocasión de reflejar irónicamente la faceta como dramaturgo de este polifacético autor, aludiendo incluso a datos que parecen ser reales, bromas privadas, como la fallida puesta en escena de Guiu en la provincia de Cáceres, comentada en más de una historieta del botones.



Centrándonos en los dibujantes, muchos de ellos han aparecido mencionados en la serie de Sacarino, siendo requeridos constantemente por el Director o el Presidente, casi siempre para tratar asuntos laborales. Sin embargo, Ibáñez no da a todos el mismo trato. Veamos algunos ejemplos.



En la viñeta anterior se menciona explícitamente a Conti, a quien se le reclama una página de su personaje Apolino Tarúguez. Aunque se da a entender un cierto retraso por parte del dibujante a la hora de entregar sus trabajos, la mención es bastante neutra, mostrando así el respeto que Ibáñez podía sentir por un veterano como era Conti.


Mayor cercanía hay, pese a ser de la misma quinta que Conti, con respecto a Escobar, tal vez por una mayor relación entre Ibáñez y él o quizás por la popularidad de este autor, bien conocido por los lectores. Así, nuestro dibujante vuelve a aludir a la avanzada edad del padre de Carpanta, al referirse al "tomo mil setecientos quince de las Memorias de Escobar", hipérbole cómplice y jocosa.


También dibujantes de menor popularidad eran nombrados inofensivamente por Ibáñez en El botones Sacarino. Véase el caso de Sanchís:

Obsérvese la ironía que supone el utilizar un dibujo de este autor para tapar un agujero en una pared, a falta de un rollo que cumpla esa función. Lo absurdo de la obra (un pez) refuerza la comicidad de esta viñeta.

Pero, sin duda, una de las más hilarantes es esta en la que se menciona a Raf. Debo confesar mi parcialidad al afirmar que esta simple viñetita es una de las dibujadas por Ibáñez que más carcajadas me ha arrancado. En ella, vemos un monigote infantil, torpemente dibujado, con un trazo alegre y fresco propio de un niño, firmado por Raf. No hay mayor alusión al dibujo que la petición del Presidente: "¡Director, tráigame la ficha psicológica de Raf!". Sin duda, la enorme confianza y amistad entre ambos dibujantes permitió este chiste que, en mi modesta opinión, figura, en el Olimpo de la producción de Ibáñez, a pesar de su simplicidad.



No obstante, nadie piense que Ibáñez se autoexcluía de estas burlas o parodias. El propio autor aparece en ocasiones en la serie, bien proponiendo nuevos proyectos o discutiendo por asuntos de precios. Véanse las siguientes viñetas alusivas:












Vemos cómo nuestro autor autoparodia su fama de "pesetero" y alude graciosamente a sus supuestas solicitudes de aumento de sueldo, las cuales no debían de ser raras, si tenemos en cuenta que para esa época Ibáñez ya era el dibujante estrella de la editorial. No deja de ser notorio que sea el Director, trasunto de Rafael González, quien siempre tenga una palabra desagradable para Ibáñez, posible reflejo de la tensa situación que ambos vivían por aquella época, que casi termina con la salida de nuestro autor de la editorial.




Como puede observarse, Ibáñez no deja títere con cabeza en estas alusiones más o menos veladas de la vida editorial. No contento con ironizar sobre sus compañeros, no duda en incluirse en la historia como objeto de parodia, mostrando así esa capacidad de reírse de sí mismos que solo tienen los genios.

6 comentarios:

Mortadelón dijo...

Impresionantes estas alusiones, que me eran desconocidas.
Un excelente trabajo de recopliación el mostrado aquí, amigo Chespiro.
¿Podrías decirme en qué "Olé" se puede encontrar esta aparición de Ibáñez?
Saludos.

Chespiro dijo...

Gracias, amigo Mortadelón.
Difícil me lo pones con respecto a la aparición de Ibáñez. Te digo de dónde la he sacado, aunque no pueda precisar más, ya que no tengo el Olé original.
Lo he encontrado en el Super Humor nº 8 de la antigua colección de Ediciones B.
Como dato, te digo que son las típicas páginas "de relleno" de otros personajes, pues la estrella del Olé son Mortadelo y Filemón, que viven una serie de aventuras cortas de dos páginas (ya en la TIA), como la de cazar a Pepe Le Mico. Ignoro, por tánto, la numeración original de ese Olé.

maginelmago dijo...

"Trabajo de entomólogo"

Chespiro dijo...

Jaja, lo tomaré como un cumplido, Magín.

maginelmago dijo...

Lo es.
La referencia a "la comedia de Matías Guiu en Cuenca": ¿te suena de que lo hemos comentado por otros sitios? A mí sí, pero no encuentro la referencia. Cuando leí esa historieta, saltaron mis alertas de "tema foreado".

Chespiro dijo...

No sé...¿puede que en el Foro?