sábado, 16 de febrero de 2008

¡VENGANZA CINCUENTONA!

Después de la celebración del quincuagésimo aniversario de Mortadelo y Filemón que supuso ¡Y van cincuenta tacos!, Ibáñez obsequia a los fans un segundo álbum conmemorativo de la efeméride: ¡Venganza cincuentona! En la citada obra, algunos de los villanos más carismáticos que han encontrado los agentes a lo largo de su historia, se reúnen con el objetivo de eliminar de una vez por todas a nuestros protagonistas. El argumento, efectivamente, no parece muy ibañezco, ya que la continuidad nunca ha sido la fuerte de nuestro autor. Introducida en los últimos diez años, este recurso ha sido siempre utilizado de forma contenida y no demasiado prolija.

Tal vez la idea partiera del estupendo Foro de la TIA, en el que alguien (no recuerdo si fue alguno de los compañeros o yo mismo) propuso la posibilidad de una reunión de villanos, idea que fue recibida con entusiasmo por gran parte del Foro, que se aventuró incluso a hacer posibles quinielas, como quien escribe la carta a los Reyes Magos. No es un exceso de presunción pensar en la autoría intelectual forera, pues no sería la primera vez que Ediciones B se hace eco (lejano, eso sí) de las ideas propuestas por los participantes de este Foro (véase la resurrección de Rompetechos, la colección Super Humor clásicos, etc.).

Sea como fuere, hay que señalar que la ocasión especial del 50º aniversario bien merecía un álbum fuera de lo común, como el que comentamos hoy. Es cierto que faltan algunos villanos como El señor Todoquisque (¿intención de no hostigar, dada su aparición en la segunda película de Mortadelo y Filemón?), El brujo, El señor Probeta, Luis Rulfián, El kamikaze Regúlez (puede que su happy end le quitara las ganas de vengarse) y otros. No obstante, resultaba imposible rescatarlos a todos y, al margen de preferencias personales, algunos se tenían que quedar en el tintero.

Más grave es la falta de coherencia entre la portada del álbum en la colección Magos del Humor y el contenido del mismo, ya que en la citada cubierta aparecen enemigos como Bruteztrausen (El sulfato atómico, 1969), el Rata (Valor…¡Y al toro!, 1970), uno de Los vikingos (2000) o Ladríllez Peñón (El señor de los ladrillos, 2004), que luego no vemos en la historia, lo cual demuestra o bien un afán mercantilista a la hora de realizar la portada o una falta de coordinación total entre quien realiza la historieta y la cubierta. Al margen de las subjetividades, pensamos que tanto Bruteztrausen como el Rata deberían haber aparecido, dado su significado en la trayectoria de los agentes de la TIA.



En cuanto al desarrollo del álbum, comienza con un inicio plagado de clasicismo, con llamada del cuartel general y el sol como entrada secreta (esto último es un punto en común con la página 31 de Los inventos del profesor Bacterio, 1972). En esta ocasión, el Súper convoca a nuestros agentes para que luchen contra la AVIMOFI (Asociación de víctimas de Mortadelo y Filemón), cuya existencia conocen tras haber capturado al Rana, del álbum Objetivo: Eliminar al Rana (1976). Como bien señala Mortadelón en su blog, este personaje había muerto en su historieta de origen al ser devorado por “La cosa”, pero Ibáñez no parece recordarlo y no se da ninguna explicación al respecto de este enemigo que, si bien en un momento dado centraba sus iras contra el Super-intendente de la TIA, ahora lo hace contra sus subordinados.

Curiosamente, el Súper dice que los tipos que Mortadelo y Filemón enviaron a la jaula “durante estos cincuenta años” quieren vengarse de los agentes y, por extensión, de la TIA. Hay aquí una curiosa imprecisión cronológica pues, si nuestros protagonistas llevan 50 años capturando enemigos... ¿Qué edad real tendrían ahora? Más de setenta, por lo menos. Curioso desliz en el álbum con mayor “continuidad” trazado hasta la fecha.


Se dice, según el Súper, que Antofagasto Panocho (El tirano, 1998) es quien ha reunido a los demás malhechores para articular la venganza. Del mismo modo, se explica que quien murió (se entiende que en El estrellato, 2002) fue un doble, no el verdadero Panocho, cubriendo así el expediente de la coherencia. Tal vez hubiera sido más acertado poner como cerebro de la operación a Bruteztrausen, por ser el enemigo de la primera aventura larga, pero Ibáñez se ha sentido particularmente orgulloso de la caricatura de Pinochet que trazó en El tirano y tal vez por eso lo haya elegido para desarrollar este rol. No deja de ser curioso que el autor manifestara en su momento el temor a que Pinochet muriera antes de la publicación del álbum que lo tenía como protagonista solapado, mientras que ahora, a varios años de su muerte, lo pasea alegremente por sus historietas. Motivo: Antofagasto Panocho ha logrado, con su carisma, superar a su referente real y ha alcanzado autonomía propia como ente de ficción, no como mera “copia de”.




En la búsqueda de enemigos por la sede de la TIA nuestros agentes se encuentran con Magín el Mago, de la historieta homónima de 1971. Treinta y siete años después, sus habilidades con la hipnosis siguen intactas, así como el efecto “checheante” en sus víctimas, pero no ocurre lo mismo con el método para volver a la gente a la normalidad, que ya no tiene por qué ser una torta (basta con un golpe). Como novedad, será Ofelia la víctima indirecta de las malas artes del mago en este álbum. En esta ocasión el hipnotizador es derrotado dentro de un armario (ya en su álbum correspondiente las pasó canutas en una situación análoga- página 32).


Una vez capturado, Magín confiesa haber puesto una bomba en la TIA, pero, durante la búsqueda de la misma, nuestros agentes se encuentran con El bacilón, personaje que da nombre a un gran álbum de 1983. Es difícil saber cómo este personaje ha sido reclutado por Panocho, al ser un ente producto de la contaminación, pero se mantienen algunos puntos de contacto con la historieta original, como la mención a sus apariciones cerca del váter y su derrota tras la antológica bofetada del señor Súper (dicho esto, ¿no debería ser la venganza de este personaje contra el Super-intendente?). La captura de este enemigo pasa por el uso de un invento del Bacterio (una mano teledirigida) que causa daños iguales a nuestros agentes, al Súper y a Ofelia.


Sin tregua alguna, asistimos a la aparición de Chapeau “El Esmirriau”, del álbum del mismo nombre de 1971. Sin exagerar mucho, bien podríamos decir que Chapeau habla en esta nueva aparición más, en dos páginas, que en todo su álbum de origen. El personaje mantiene su sonrisa sardónica, eso sí, pero ha perdido su sempiterno pitillo (¿corrección política?). No obstante, lo más recordado de El Esmirriau es su sombrero, del que siguen surgiendo elementos tales como una plancha, una urraca o un brazo mecánico con mano y todo (esto último ya apareció en la página 36 del tebeo original). Si en su primer encuentro Mortadelo diseñó un sombrero para contraatacar a este difícil villano, ahora es el Bacterio quien inventa un sombrero que aprisiona al enemigo. No hace falta decir que será Filemón quien caiga en esta trampa.


Para colmo de infortunios, nuestro agente pide ayuda a nada menos que Billy “El Horrendo”, malhechor que da título a un memorable álbum de 1983, quien se disputará con Mac “El Antropoide” (La rehabilitación esa, 2000) el placer de descoyuntar al agente de la TIA. No es extraño que Ibáñez asocie a estos dos personajes, pues bien puede considerarse La rehabilitación esa como un intento de poner al día el álbum de Billy “El Horrendo”, con resultados nefastos. Si bien Billy sigue haciendo gala de su fuerza insensible y ostentosa, “El Antropoide” se nos presenta tan deslenguado y navajero como siempre. Chapeau se une al intento de liquidar a Filemón de forma que una bomba encontrada en el fichero de “ingresos” (que da pie al surrealista gag del agujero en el estómago) remata a estos tres villanos con una precipitación que será una de las principales lacras de esta historieta.

Tampoco resulta demasiado acertada la aparición de Ibáñez como narrador en una viñeta que no tendrá homólogas ni al principio ni al final del álbum. En el cuartel de Panocho vemos un intento poco conseguido de agrupar a los villanos dentro de algún orden lógico, pues el Tirano apunta que “los bestiajos han fallado” (como si Chapeau o Magín pudieran incluirse en dicha clasificación). Dicho esto, acude a las lumbreras, de manera que convoca al doctor Bíchez (El espeluznante doctor Bíchez, 1998).

Como pasaba con El Rana, no se explica cómo está vivo este personaje que en su historieta original fue devorado por una urraca gigante del profesor Bacterio. El primer encuentro de este malhechor será con Rompetechos, al que pondrá de un picotazo, el trasero tan grande como a Filemón en su álbum original (página 9). Como en el citado álbum, nuevamente Bíchez es neutralizado por casualidad en su entrada sorpresa en la TIA. Reseña especial merece la mención de los Hierbajus Apestosus Repelentus, que remiten al gran álbum El antídoto (1973), otro detalle de continuidad tan agradable para el lector como poco ibañezco.



Tras el nuevo fracaso, el Tirano convoca al doctor Catástrofez y a Becerrosky, su ayudante, único punto de interés de la historieta ¡Desastre! (1996). Las posibilidades de esta pareja, ya apuntadas por Miguel Fernández Soto en El mundo de Mortadelo y Filemón se explotan ligeramente en la nueva historia, de manera que la aparición de estos dos ceporros resulta de agradecer. Tampoco esta pareja (que sigue estropeando furgonetas) parece tener motivos para querer vengarse de Mortadelo y Filemón, pues fue un abuelete quien los capturó en su historieta de origen. Como detalle reseñable, tanto en esa como en la que nos ocupa, los personajes son literalmente tragados por la tierra.

Más prescindible es la aparición de El Rabadillo, villano que apenas aparece en dos páginas de Dinosaurios (1993). De este sí se explica cómo fue “expulsado” por el animal prehistórico que se lo tragó. Las páginas que protagoniza con su dinosaurio repiten gags de la historia original (la boca del animal por la ventana y la confusión por parte de Ofelia, que cree ser utilizada como cebo).



Más agradable es la aparición de Freddyrico Krugidoff (Pesadilaaaa, 1994), aunque el personaje no se mantiene fiel a su esencia, pues aquí no se aparece en sueños a los protagonistas. Sí hay algo sin clasicismo tanto en sus decepciones callejeras antes de entrar en la TIA como en los golpes que recibe al colarse en la sede de la organización, sin que sus miembros se den cuenta.



Con creciente frustración, Panocho recurre al falso profesor Von Iatum de Los invasores (1974) (aunque hasta el final no se descubre su verdadera identidad extraterrestre). Distintos seres, algunos basados en los del álbum original, como el que hace capullos (esta vez alrededor de Ofelia). Finalmente, el verdadero extraterrestre, retomando su pistola protónica intenta un ataque frustrado por Rompetechos. No deja de ser curioso que Von Iatum, como Chapeau, ya no fume, sobre todo si tenemos en cuenta que a través de los falsos cigarrillos adquiere la sustancia que le permite respirar en la Tierra. Tal vez, los adelantos tecnológicos de su lugar han permitido prescindir de dicha necesidad.






A la hora de recurrir a las bandas, Panocho se centra en la del Chicharrón (Contra el gang del Chicharrón, 1969) y la de Lucrecia Borgio (El caso del bacalao, 1970), aunque Ibáñez se olvida de esta última salvo en una viñeta en la que vemos a Borgio y a sus secuaces. Filemón nombra también a la banda del Rata que, como dijimos, no aparece. El gang del Chicharrón acaparará la atención del autor, con una entrada triunfal con cierto tipo de diálogos que pretenden emular, sin conseguirlo, la historieta original. Rompetechos será el encargado de conducir a estos elementos subversivos hacia la TIA en camión, repitiendo así el esquema de Rapto Tremendo (2003), mejorándolo. De hecho, estas cinco páginas en las que no salen Mortadelo y Filemón son algunas de las más divertidas del álbum, con un Rompetechos en plena forma actuando como protagonista de una mini-historieta en la que deja fuera de juego a dos peligrosas bandas de delincuentes.

Finalmente, será el Tirano quien, siguiendo los esquemas clásicos, entre en la sede de la TIA para vengarse, especialmente, de Mortadelo, Filemón, el Súper, el Bacterio y Ofelia (¿qué tiene en contra de estos dos últimos?), de manera que se convierte en víctima de las trampas preparadas por los agentes. Tras un final en el que Panocho es puesto en la estratosfera, una máquina del Bacterio que no se sabe si sopla o succiona sale repentina e inexplicablemente disparada llevándose por delante a nuestros protagonistas, que corren sin saber que Ten-Go-Pis (El premio No-vel, 1989) los espera tras una esquina. La aparición de este personaje, único de la etapa 1987-1990 refuerza la teoría de que Ibáñez tuvo en El premio No-Vel una mayor participación de la acostumbrada en dicho momento de la serie.











A pesar de las múltiples carencias (ya señaladas) con respecto a este álbum, podemos decir que ¡Venganza cincuentona! se deja leer con agrado, sin que se sepa bien hasta qué punto la nostalgia influye en la valoración global del mismo. Al ser una idea poco propia del autor, a ratos lo notamos forzado, como si quisiera despachar rápido el encargo, presentando una sucesión de villanos de la forma más ligera posible. Bien se podría decir que un número menor de malhechores y una mejor selección de los mismos hubiera sido conveniente, ya que cada enemigo ha de ser liquidado en cuatro o cinco páginas. Aunque esta extensión era la usual en la década de los setenta, no hay que olvidar que entonces las planchas tenían cinco tiras de viñetas, por lo que había espacio para narrar más acontecimientos que con las cuatro actuales.

En cuanto a los diálogos, aunque divertidos, no están a la altura de las grandes etapas de la serie. No obstante, dentro de los mismos hay que destacar el uso de las cartelas publicitarias de otros álbumes (hábil recurso editorial muy habitual en el mercado extranjero, no tanto en Bruguera y Ediciones B), que rayan en la inteligente autoparodia. No se puede considerar, sin embargo, que esta obra sea innovadora, ya que el esquema básico es que los agentes han de enfrentarse a una serie de villanos que van llegando de uno en uno, como en Contra el gang del Chicharrón, Los invasores, Los que volvieron de allá (1987) o La banda de los guiris (1997).

Una especial relación hay con Los monstruos (1973), especialmente porque el Tirano realiza el rol de “El cerebro”, convocando desde su cubículo a los diferentes malhechores. No obstante, la principal diferencia estriba en que, si bien en otras ocasiones los enemigos de Mortadelo y Filemón presentaban características estereotipadas, bien por su lugar de procedencia (Contra el gang del Chicharrón, La banda de los guiris…) o bien por pertenecer al imaginario popular (Los monstruos, Los que volvieron de allá…), ahora los villanos presentan características propias, individualizadas, concebidas por Ibáñez y de las que Ibáñez se nutre para elaborar este álbum. En otras palabras, en este cincuentenario el autor deja atrás arquetipos ajenos universales para lanzar una mirada hacia la mitología de su propio universo.

































23 comentarios:

Mortadelón dijo...

Pefecto análisis de esta obra, Chespiro.
Tenía en preparación otro para el blog de Mortadelón, pero puesto que el que aquí presentas coincide en muchos puntos con el mencionado y nuestras opiniones sobre el álbum son parejas, lo desecho sin más.
Curioso esta concentración de villanos, pero lastrando los mismos errores que aventuras recientes, chistes gastados, poca frescura, situaciones ya vistas y un aire cansino, con algún momento divertido, eso sí. Lo bueno de este álbum es que trae recuerdos, muchos recuerdos.

Kaximpo dijo...

No debería leer todavía las reseñas cuando todavía no me leído el álbum, pero bueno...

Es que escoger entre tantos... Echo de menos a Von Nassen del "Elixir de la vida". No tanto al de la Elasticina que ni recuerdo cómo se llamaba. XD

No entiendo lo de la eliminación de los cigarrillos cuando se pueden comprar "Los Invasores" o "Chapeau, el esmirriau" con la misma facilidad que los nuevos. Si quieren hacerlo en serio tendrían que retocar las historietas antiguas (pero que conste que no estoy de acuerdo).

Chespiro dijo...

Amigo Mortadelon, no me perdonaría que desecharas un tema porque se haya publicado aquí. De hecho, me encantaría ver tu opinión, y estoy seguro de que a nuestros habituales también.
Kaximpo...lo del cigarro me da qué pensar. Tampoco es muy de Ibáñez.

Chespiro dijo...

A modo de rectificación, he de decir que el que aparece en la portada no es El Rata, sino el Profesor, miembro de su banda.
Su actuación, de auténtico líder de la banda, me ha llevado a una confusión que, espero, sabrán perdonar.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juanjo Iglesias dijo...

Magnífica aportación crítica, sin duda. Aunque hace años que he perdido mi interés por el Ibáñez actual, dan ganas de comprar este "Venganza Cincuentona", aunque sólo sea por la nostalgia esa.

Miren lo que ha hecho el tiempo con nosotros... ¡somos carne vieja para esta mercadotecnia sin escrúpulos!

Bigotito dijo...

kaximpo , tiene usted razon, no se han dado cuenta de que Von Nassen y Rosendo el Cascote ( el villano de la elasticina ) sean la misma persona , porque , tienen la misma nariz , tratan con esprais o perfumes , son calvos y son algo torpes, aparte del perfil , en verdad , Ibañez pensaria en ello , pero debio de pensarselo dos veces y cambiarles de nombre , tal vez se le olvidaria ¿ no creen?

Bigotito dijo...

y una cosa ¿ poque ibañez se plajio de anteriores villanos en el comic en Alemania? , El nombre del villano , el rata , ¿ acaso no podia inventarse otro nombre ? al igual que el paquidermo, ( del gan del chicharron) el fuertote del comic en alemania esta mas sacado del villano Becerrosky , y otra cosa , el espeluznante doctor Bichez , ¿ no aparece en el comic de esos kilitos malditos hasiendo del malo ?

Chespiro dijo...

Gracias por sus comentarios, amigos.
La verdad, yo no veo mucho parecido entre Von Nassen y Rosendo el Cascote.
Respecto a los autoplagios en nombres y físicos...Bueno, volvemos al tema de la continuidad. Probablemente Ibáñez ni se acuerde del nombre del país al que fueron sus personajes a recuperar el Sulfato atómico.
Amigo Juanjo Iglesias, llevas razón. El poder adquisitivo que empieza a tener nuestra generación y la fuerza de la nostalgia se unen para convertirnos en un blanco sumamente fácil.

Don Guri dijo...

Estupendo articulo, como siempre. Sea idea de quien haya sido, la verdad es que para cualquier fan de M y F apetece horrores leerse este album.

Chespiro dijo...

Gracias por el comentario,don Guri.
Apetecer, apetece...pero no espere mayores bondades de esta historieta.

ElRinconDelTaradete dijo...

Menudo analisis tas cascao amiguete!!Aunque tendrias que avisar de que hay spoilers je...
Yo esperare a que salga en tapa blanda...

Chespiro dijo...

Gracias, Taradete. No sé qué son spoilers...si son "destripes", como me figuro...ha sido sin querer.

Don Guri dijo...

Añado que, personalmente, no me importa mucho la falta de continuidad (en el caso de Mortadelo, claro). Desde el principio de su historia ha sido asi: lo mismo vivian en la ciudad, que en el campo, en un piso que en una casa. Ibañez siempre ha dejado claro que le importaba un pito.

Además, como también soy aficionado a Marvel, a eso de las "resurecciones" ya estoy más que acostumbrado ;-)

Chespiro dijo...

Jeje, muy bien traído eso último, Don Guri.
Al menos, nuestros personajes, no se dan tanto pisto y las incoherencias se llevan mejor.

Anónimo dijo...

Pues contando con el apócrifo del Crecepelo, ya van 3 apariciones de la banda de Gang del Chicharrón.

Chespiro dijo...

Cierto, detalle que no había comentado, amigo anónimo.

Anónimo dijo...

Hola, soy Felikis, y me parece que no tendréis que acusar tanto las obras de Ibañez. ¿Qué son todas con los mismos chistes? Y que mas da!!!! Yo cojo un libro de Mortadelo y Filemon para reirme, con chistes nuevos, o de cuando empezaron, allá en los 50. Eso no importa, sobre todo porque: os tiráis 50 años publicando de lo mismo... ¿y no os repetiríais? Un poco de porfavor

Chespiro dijo...

En todo caso es cuestión de opiniones, amigo Felikis ;)

viagra online dijo...

Si ellos intentaron eliminarlos pero Mortadelo hizo unas incribles suertes para evitar que eso sucediera.

Viagra Vs Cialis dijo...

Una de mis favoritas, siempre trataba de leer cada nueva edicion que salia.

Unknown dijo...

La Película

CanCerbero dijo...

Recuerdo este tebeo. Queda algo raro, siendo un tebeo de Fan Service más que nada, y llama demasiado la atención algunas cosas descuidadas.
También me llama la atención lo de Von Iatum dejando de fumar. En realidad, ninguno de los villanos que fumaban lo hacen aquí, aunque en el caso del alienígena llama más la atención porque lo necesitaba para respirar.
Imagino que es que a día de hoy está mal visto mostrar drogas en series para niños. Si bien ya no está España sometida a la censura franquista, lo que permitió cosas como la llegada de Ofelia al elenco, también hay cosas que antaño no se veía mal mostrar en series infantiles, pero ahora sí.